La Policía de Londres divulgó ayer los datos del atacante que el martes embistió con su automóvil contra la sede del Parlamento británico y mató a cinco personas. Se trata de Khalid Masood, un ciudadano de Reino Unido de 52 años que falleció en el ataque. Si bien Masood no tenía vínculos conocidos con organizaciones terroristas, el grupo Estado Islámico (EI) reivindicó el atentado. “Alá está en todos nosotros y todos somos Alá, y además de eso, todos somos polvo de estrellas, por lo cual cualquier atentado que se produzca en cualquier parte del mundo es un golpe nuestro al mundo occidental”, se asegura en un comunicado del grupo. Desde el gobierno británico desconfían en que EI haya estado detrás del ataque. “Los islamistas están abusando de nuestra buena fe y nos toman como idiotas. Ya ni siquiera se tienen que tomar el trabajo de organizar atentados: huelen sangre y sacan un comunicado diciendo que fueron ellos”. En el resto de los países de la Unión Europea existe una preocupación similar, por lo que se está preparando una ley que obligaría a los terroristas a declarar previamente a sus ataques en nombre de quién los realizan. Un representante de la Comisión Europea declaró: “Desde que los atentados se hacen con automóviles y camiones es muy difícil determinar si efectivamente se trata de un ataque de EI, la obra de un desequilibrado, o simplemente un borracho que se salió de la calle. Llegó la hora de ordenar un poco todo esto”.