En una operación conjunta, la Policía uruguaya y la Policía Federal de Brasil detuvieron el fin de semana a dos empresarios brasileños acusados de lavar dinero de coimas cobradas por el ex gobernador de Río de Janeiro Sérgio Cabral, en el marco de la denominada Operación Calicute. Vinícius Claret, conocido como Juca Bala, fue detenido en Maldonado. Su socio, Cláudio Fernando Barbosa, fue apresado en el aeropuerto internacional de Carrasco, a raíz de una orden de captura internacional emitida por la Justicia brasileña. El sábado, ambos declararon ante la jueza del Crimen Organizado Beatriz Larrieu, y ahora están en “detención provisoria, a la espera del pedido de extradición”, explicó a la diaria el fiscal del caso, Carlos Negro.

Dos personas que declararon mediante el mecanismo de la delación premiada afirmaron que Juca Bala fue el encargado de lavar dinero de las coimas de Cabral en el exterior, por un monto de 100 millones de dólares, en 2007. Presuntamente, uno de los lugares donde se lavaba dinero era Uruguay, y en ese esquema participaban dos casas de cambio -una legal y otra que opera en la ilegalidad- cuyos nombres aún no trascendieron.

Según informó la jueza al portal de O Globo de Brasil, los dos empresarios negaron tener “cualquier vínculo” con operaciones de lavado de dinero. Negro aclaró que en la audiencia no se les preguntó a los implicados por el tema de fondo (la acusación de lavado), sino que simplemente se les comunicó que estaban detenidos a la espera de un pedido de extradición.

Ahora la Justicia brasileña dispondrá de un plazo de 40 días para solicitar la extradición de los acusados, que mientras tanto permanecerán en prisión preventiva en Uruguay. El fiscal Negro explicó que una vez que llega el pedido de extradición, se les pregunta a los acusados si están dispuestos a ser extraditados para ser juzgados por la Justicia de Brasil, y en caso de que la respuesta sea negativa, se inicia un juicio de extradición. En ese juicio, la Fiscalía busca que se concrete la extradición y el abogado defensor de los acusados esgrime sus motivos para que no se concrete; la decisión final la tendrá Larrieu.