Que el secretario general del Partido Comunista del Uruguay (PCU), Eduardo Lorier, moviera sus caderas al son de una cumbia. Que la senadora Constanza Moreira y la ministra de Turismo, Liliam Kechichián, bailaran una plena, una con otra y cada una de ellas con algún militante. Que el ex senador Alberto Couriel irrumpiera en la pista de baile callejera, con los dedos índices en alto, moviendo los brazos. Que los jóvenes superaran numéricamente a los viejos, al menos en las primeras filas. Paridad de género en los oradores. Y que no se pasara ni un tema de Los Olimareños. Esas fueron algunas de las innovaciones del acto organizado por el Frente Amplio (FA) para celebrar los 46 años de su primer acto de masas. Aquel, el de 1971, fue en la explanada de la Intendencia de Montevideo, y este, el de ayer, llenó una cuadra de la ciudad de Las Piedras de banderas, jóvenes con ganas de bailar y veteranos cargando sillas playeras. 46 años después, con el FA en el gobierno, no faltaron algunos de sus representantes, como el vicepresidente Raúl Sendic y la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz.

En aquel acto de 1971, el general Liber Seregni, entonces candidato a la presidencia por el FA, trazaba una línea divisoria entre quienes “quieren mantener un orden como el actual, un régimen caduco, opresor, antipopular”, y “aquellos que desean los cambios que el país exige”. “De un lado está la oligarquía blanca y colorada, y del otro lado el pueblo, blanco, colorado, democristiano, comunista, socialista, independiente”, demarcaba. La línea divisoria también estuvo presente en los discursos de ayer en Las Piedras. Fue entre un “proyecto progresista estructurado, armónico y global” que mejoró “todos los índices sociales y económicos” del país y que busca redistribuir la riqueza y lograr la justicia social -en palabras de Kechichián- y las “medidas neoliberales” de ajuste y desregulación de una oposición “balbuceante”, “conservadora y no solidaria” -en palabras del presidente del FA, Javier Miranda-. Este afirmó que la oposición quiere disminuir el gasto social para equilibrar las cuentas, “aunque eso signifique afectar los derechos de muchas personas”. “Que el enojo no nos haga perder la perspectiva. Que los debates sobre la gestión no nos entreveren y nos hagan olvidar el verdadero debate ideológico en que estamos confrontando”, subrayó por su parte Kechichián.

Tanto la ministra como el presidente del FA hicieron hincapié en la importancia de la unidad. Kechichián sostuvo que “preservar la unidad” es “tarea de todos los frenteamplistas, y nadie está eximido. Miranda comenzó citando a José Hernández en El gaucho Martín Fierro: “Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera”. Luego sostuvo que la unidad no debe dejar espacio para la “descalificación de compañeros, y mucho menos la descalificación pública”. Advirtió que esa “actuación ante los medios” perjudica al FA y que “además de irresponsable, es suicida”.

El presidente de la departamental de Canelones del FA, Mariano Bianchino, se refirió a los “relatos profundamente antipolíticos” que circulan y llamó a defender la política como el lugar donde la gente discute y trata de “decidir su destino”. “Si nos gana el desánimo, el desinterés, si nos privatizamos puertas para adentro, quédense tranquilos que hay otros poderes fácticos que nos van a gobernar”, advirtió, y entre ellos ubicó a los empresarios que “pagan 15.000 pesos” a los trabajadores, a los “proxenetas de la fe” y a la “prensa que miente”. Bianchino también reclamó un FA en el que “no pague tanto la obsecuencia” y sea bienvenida la crítica.

Hubo ellas

Bianchino empezó su discurso admitiendo el error de la departamental al proponer inicialmente cinco oradores hombres para el acto. “Fuimos víctimas de un machismo inconsciente”, afirmó.

Bien Losdó, la banda que tocó antes de la oratoria, y que armó un improvisado baile, sí estaba integrada totalmente por hombres; “Ay, qué bombón mi vecinita, mira que swing su pollerita”, decía una de las canciones, lo que no impidió la movida generalizada de los militantes frentistas, que incluso opacó un poco la siempre explosiva llegada del ex presidente José Mujica.

Estefanía Díaz, militante de base del FA en Canelones y una de las mujeres designadas como oradoras tras los cuestionamientos, se presentó como una “desconocida, como tantos militantes de base que creemos que el FA es la única herramienta para forjar los cambios”. Reclamó que la izquierda tiene la “obligación histórica” de “reivindicar los derechos de la mujer pobre y trabajadora” y sostuvo que la lucha por la igualdad de género es una “lucha ideológica” que “no la tomó ni la dará la derecha, la debe dar nuestra fuerza política”.

De rutina

La Mesa Política Nacional del Frente Amplio (FA) sesionó ayer junto a la Mesa Política Departamental de Canelones. Se acordó continuar recorriendo el interior del país y en agosto hacer una sesión de la Mesa nacional en Buenos Aires. Los coordinadores de bancada de Diputados y del Senado realizaron sus informes. Jorge Pozzi, coordinador de Diputados, explicó que aún no están los votos para conformar una comisión investigadora o con fines legislativos sobre el financiamiento de los partidos, ya que cada partido tiene su propuesta distinta. Informó que entre hoy y mañana pueda haber algún acercamiento. El Partido Obrero Revolucionario planteó durante la Mesa Política su discrepancia con el decreto que prohíbe los piquetes, y Miranda explicó en conferencia de prensa que el FA no tiene una opinión como partido sobre el tema, más allá de los pronunciamientos sectoriales. Por otra parte, Miranda expresó su preocupación por cómo pueden afectar al FA en Maldonado las derivaciones de lo sucedido con Cambio Nelson. Afirmó que respalda a la presidenta de la departamental, Susana Hernández, quien depositaba dinero de sus clientes en ese cambio, y remarcó que no duda de su “honestidad”.