Kim Jong-nam, hermano menor del líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-un, fue asesinado el 14 de febrero en un aeropuerto de Malasia mediante un agente químico letal.

Un experto de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, aseguró que el episodio fue una muestra de apertura por parte del régimen norcoreano, ya que hace algunos años Jongun había asesinado a un tío arrojándolo a una jauría de perros hambrientos. “Kim Jong-nam puede considerarse un afortunado por haber agonizado durante tan sólo tres minutos”.

El asesinato se produjo en medio de una escalada de tensiones entre Corea del Norte y Estados Unidos. El mes pasado, Pyongyang había lanzado un misil de alcance intermedio al mar de Japón y ayer lanzó cuatro misiles balísticos al mismo lugar. Inicialmente se creyó que se trataba de una respuesta a las maniobras conjuntas anuales que realizan Corea del Sur y Estados Unidos en esa zona, pero un comunicado divulgado por el gobierno norcoreano contradice esta versión. “Las maniobras militares no forman parte de plan alguno para atacar a Corea del Sur o Estados Unidos, sino que responden a cuestiones exclusivas de política interna”, afirmaron.

Fuentes del gobierno surcoreano aseguraron que dentro de los misiles se encontraban miembros de la familia del líder supremo.

Un informe del periódico estadounidense The New York Times reveló que existe un plan de Kim Jong-un para eliminar a posibles amenazas para su liderazgo, como sus tíos, primos, hermanos y sobrinos, su cónyuge, sus mascotas y varias de sus plantas.

El lanzamiento de ayer puso en alerta no sólo a Corea del Sur, sino también a Japón y China. En el primer caso, debido a que las relaciones entre Pyongyang y Tokio han sido tradicionalmente tensas; en el segundo, porque la fiabilidad del armamento nuclear norcoreano es considerada “muy escasa”.

“Esos misiles pueden terminar en cualquier punto de la región”, aseguró una fuente del gobierno chino.