Llegó a lo José Mujica: de manera sorpresiva y fuera del protocolo. Algunos integrantes del Poder Ejecutivo que estaban en el local del sindicato de Fanapel se enteraron apenas unos minutos antes de que el presidente Tabaré Vázquez encabezaría la reunión con el plenario intersindical de Juan Lacaze, que estaba convocada desde hace algunos días.

Vázquez se bajó del auto y empezó a saludar a cada uno de los trabajadores que estaban fuera del local sindical, a donde habían llegado con la esperanza de reunirse “con algún ministro”. Terminó siendo una especie de Consejo de Ministros abierto: a la derecha de Vázquez estaban el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, y el de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi; a su izquierda se ubicaron la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse, el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Álvaro García, y el titular de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro. En la punta de la mesa se sentaron los delegados del plenario sindical local: Marcelo Olaverry, del Centro Unión Obreros Papeleros y Celulosa (CUOPYC), y José Gómez, del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos.

Entre otras cosas, Vázquez dijo en su intervención que los trabajadores de Fanapel y de sus empresas tercerizadas (en total, unas 300 personas) accederán al seguro de paro durante un año (144 jornales), detalló medidas tendientes a desarrollar un polo logístico en un régimen de puerto libre y anunció medidas para potenciar el parque industrial que funciona en el viejo predio de Campomar y Soulas. Sobre este último punto, en concreto, Vázquez dijo: “Las medidas que presentamos ya están aprobadas, y algunas necesitarán alguna modificación de la ley, por ejemplo una nueva ley de parques industriales, que en un plazo no mayor a 30 días serán enviadas al Parlamento”.

El presidente también habló de la situación de la cooperativa textil de Puerto Sauce y de las posibilidades de retomar contactos con el Instituto Nacional del Cooperativismo y con el Fondes, que ya les facilitó un préstamo, con el que, entre otras cosas, saldaron la deuda que tenían con la Corporación Nacional para el Desarrollo.

Anunció además que se instalará una oficina del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) en Juan Lacaze, seguramente en el Parque Industrial, que desarrollará un plan de capacitación y formación profesional, con un presupuesto ya asignado de 4.189.000 pesos y la posibilidad de desarrollar unos 15 cursos de formación profesional por unos 7.500.000 pesos. Más temprano, en otra actividad, el propio director del Inefop, Eduardo Pereira, había adelantado detalles de este plan de trabajo, que totalizará una inversión de unos 17 millones de pesos. El reclamo de formación profesional había surgido de los sindicatos locales, apenas se confirmó el cierre de Fanapel. La situación es fácil de describir y difícil de solucionar: algunos trabajadores papeleros que rondan los 40 años ingresaron a la empresa cuando tenían 18, y no se formaron en otra tarea que la producción de papel. “Yo pensaba que me iba a jubilar acá mismo”, había dicho más temprano uno de ellos, que ahora busca nuevas alternativas de capacitación y empleo.

Vázquez prometió la puesta en marcha de un “fondo rotatorio de emergencia” por dos millones de pesos para programas de inversión productiva, similar al que se implementó en Dolores después del tornado del año pasado, y que benefició a pequeños emprendimientos locales. También hizo referencia a la aprobación de diez asistencias técnicas para micro y pequeñas empresas de la zona, con un presupuesto promedio de consultoría de unos 220.000 pesos. “Muchas de estas medidas son paliativas, pero lo digo como médico: a veces las soluciones paliativas son tan importantes como las soluciones curativas radicales. Si estamos ante una hemorragia porque hay una arteria cortada, lo primero es cortar la hemorragia y después atender la patología que afectó a esa arteria”, ilustró.

De los puertos

A su turno, Astori consideró que el régimen de puerto libre Juan Lacaze es importante para realizar actividad logística “exenta de todo tipo de impuestos”. “Eso es un estímulo formidable para desarrollar servicios que se traducen en fuentes de trabajo que son muy importantes”, dijo. El titular de Economía y Finanzas agregó que existe un proyecto privado de inversión de casi diez millones de dólares, que se financiaría mediante un crédito solicitado al Banco República (BROU). “El trámite está avanzado. Hoy la discusión está centrada en la garantía, pero vamos a empujar todo lo que sea necesario para que esto se concrete en el corto plazo”, señaló. Este proyecto, en el que participan los empresarios Orlando Dovat y Ricardo Zerbino, pretende restablecer los servicios de comunicación en transporte de carga con Buenos Aires. “Es una nave nueva que transporta hasta 50 unidades en cada uno de los viajes”, detalló Rossi, en una de sus intervenciones. Rossi explicó que, al tratarse de un barco nuevo, se necesitará una inversión adicional en el muelle local, con la ampliación de la rampa de carga, que hay que ensanchar, y la prolongación de los muelles. “Esa obra se iniciaría inmediatamente después de que se apruebe el crédito”, añadió.

“Ciudad del conocimiento”

El alcalde Darío Brugman (Frente Amplio) fue uno de los expositores en una mesa por trabajo y desarrollo que se llevó a cabo ayer de mañana en el gimnasio del club CYS- SA, cuyo nombre son las siglas de Campomar y Soulas Sociedad Anónima, la textil que cerró en 1993. Brugman propuso, entre otras cosas, posicionar a Juan Lacaze como “ciudad del conocimiento”, en referencia a la posible instalación en la localidad de empresas vinculadas al software, la robótica, la mecatrónica y las energías renovables. Al respecto, el alcalde ya mantuvo reuniones con la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información, Plan Ceibal y la Universidad de la República, y en pocos días se reunirá con el consejo directivo de la Universidad Tecnológica. Ayer, cuando habló de las modificaciones a la ley de parques industriales, la ministra Cosse, además de anunciar la instalación de fibra óptica en la ciudad, se refirió a la importancia de incluir la concepción de producción de servicios en los parques industriales, ya que estos actualmente están focalizados en la producción de bienes. “Hoy una empresa productora de software no podría instalarse en un parque industrial; eso hay que modificarlo”, adelantó la ministra.

Dos días antes, en una reunión con organizaciones locales, el presidente de la Administración Nacional de Puertos, Alberto Díaz, había confirmado una inversión de dos millones de dólares en la terminal portuaria de Puerto Sauce, para facilitar este tráfico fluvial con los puertos de Buenos Aires y La Plata. Otra variable que maneja el Poder Ejecutivo tiene que ver con la posibilidad de utilizar una parte de las instalaciones de Fanapel, que mantiene una deuda importante con el BROU, para actividades logísticas vinculadas al desarrollo portuario.

Según resumió Vázquez, la conjunción del puerto libre con un parque industrial podría ser un “poderoso tractor para mirar al futuro de esta localidad”. Vinculado con esto, mencionó la posibilidad de la instalación de una fábrica de producción de aceite de granos en Juan Lacaze, por “las condiciones de la región y las ventajas de contar con un puerto libre”. Cosse no quiso decir cuál es la empresa vinculada al emprendimiento aceitero; otras fuentes del Ejecutivo, sin embargo, especularon con la posibilidad de que se trate de la firma Cereoil, propietaria de Molino Dolores. Por último, Vázquez propuso: “Toda crisis presenta oportunidades. El gobierno está dispuesto a trabajar con las organizaciones públicas y privadas de Juan Lacaze para identificar y concretar las posibilidades que se presenten. Por eso sugerimos crear una comisión con actores locales y una delegación del Ejecutivo, que coordinarían el director de la OPP y los ministros que están involucrados en esta problemática”.

La respuesta

El último en hablar fue Olaverry, que reclamó espacios de participación del plenario local al momento de darle seguimiento al paquete de medidas que presentó el Poder Ejecutivo. El sindicalista papelero pidió, además, analizar posibles soluciones jubilatorias para los 60 o 70 trabajadores de Fanapel mayores de 50 años, ya que muchos de ellos tienen más de 30 años de aportes. “Sabemos que es difícil y que puede generar discusiones, pero el Estado debería prestar atención a estos casos”, reclamó. Finalmente, puntualizó: “Como trabajadores vamos a exigir ser parte de las soluciones. Acá nosotros no estamos para dar las gracias, estamos para comprometernos a seguir trabajando y para llevar un plato de comida a nuestras casas. Podemos dar todas las discusiones políticas que sean necesarias, pero este año nos pasó que muchos gurises que tenían pensado irse a estudiar a Montevideo no pudieron hacerlo porque sus padres perdieron el trabajo. […] En definitiva, Juan Lacaze sale adelante con sus trabajadores o no sale”.

Textiles al seguro

En la Cooperativa Textil Puerto Sauce trabajan unos 90 ex obreros de Agolan que la tienen complicada. Ayer se reunieron en asamblea y resolvieron pasar todos al seguro de paro a partir del mes que viene, y no cobrar el salario del último mes, una manera que encontraron para comprar materia prima y cumplir con los pedidos de sus clientes (en su mayoría de Argentina, Chile y Brasil). Además, y mientras esperan el pasaje al seguro de paro, trabajarán de lunes a jueves para no generar nuevas deudas (lo venían haciendo de lunes a sábados) y nueve horas diarias en lugar de ocho (esa extra la “donan” para los gastos de la cooperativa”). Silvana Montiel, integrante de la cooperativa, señaló una situación que puede resultar paradójica: la cooperativa ha logrado colocar sus productos para los ministerios de Defensa de Chile y de Brasil, pero no ha accedido a ventas similares con el Estado uruguayo (durante muchos años, Campomar y Soulas fue una de las principales proveedoras del Ejército, el Ministerio del Interior y Salud Pública). “Hoy le planteamos esta situación a la ministra Cosse. Hemos tenido dificultades con las licitaciones públicas a las que nos hemos presentado, por ejemplo con el Ministerio del Interior, que terminó optando por una compra de productos chinos, con los que después tuvo un montón de problemas. Ella se comprometió a trabajar en este tema. Para nosotros, el consumo interno de lo que producimos sería fundamental”, resumió Montiel. Por otra parte, y a pesar de las dificultades, los trabajadores textiles están trabajando con una cooperativa de ingenieros de Montevideo para buscar alternativas que les permitan disminuir los costos energéticos.

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