El Partido Socialista organizó el viernes en Casa del Pueblo una actividad para discutir, entre otros temas, la conveniencia para Uruguay de ratificar por vía parlamentaria el Tratado de Cooperación en materia de Patentes (TCP). En el Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado con Chile en 2016, a estudio de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Senadores desde enero de este año, ambos países se comprometen a suscribir el TCP. En octubre del año pasado, el diputado socialista Roberto Chiazzaro cuestionó algunas disposiciones del TLC con Chile y consideró que Uruguay no tiene “ninguna necesidad” de firmar el TCP. Afirmó que este acuerdo “perjudica mucho a la fabricación nacional de medicamentos” porque “dificulta la producción de genéricos”. El acuerdo establece procedimientos estandarizados para el trámite de solicitud de patentes, y Chiazzaro advirtió que tiene el efecto de facilitar -y, por tanto, aumentar- el patentamiento.

Nuestros inventores

Chiazzaro estaba en el auditorio que el viernes escuchó las exposiciones del vicecanciller José Luis Cancela; de la directora nacional de Propiedad Industrial, Marianela Delor; y de Lourdes Galván, asesora del Ministerio de Salud (MS). Tanto Cancela como Delor defendieron el ingreso de Uruguay al TCP y aseguraron que no tendrá impactos negativos para el país. “Acá no se habla del otorgamiento de una patente universal. El otorgamiento de las patentes seguirá siendo responsabilidad y competencia de las oficinas nacionales de patentes”, aseguró el subsecretario del Ministerio de Relaciones Exteriores. Agregó que en “ninguno de los países de nuestra región que adhirieron al TCP” se produjo un aumento en el precio de los medicamentos, y llamó a proteger a “nuestros inventores”. “¿Queremos o no una sociedad del conocimiento? ¿O Uruguay va a desarrollarse fabricando heladeras Ferrosmalt? Esa etapa ya pasó, compañeros”, enfatizó.

Delor, quien encabeza la dirección que lleva el registro de marcas y patentes, mencionó la “insistencia” del Instituto Pasteur en que Uruguay ingrese al TCP. Aseguró que a Uruguay este ingreso no le va a “cambiar mucho la vida”. “Nuestro equipo técnico va a seguir aplicando la normativa cotidiana de patentes. No damos patentes a lo loco”, afirmó. Agregó que el ingreso al acuerdo va a “ayudar a nuestros investigadores nacionales a tener una ventana internacional para sus solicitudes” y es una “posibilidad para que la investigación nacional salga al mundo”.

Genéricos

Sandra Varela, encargada de patentes de la dirección que encabeza Delor, complementó desde el auditorio que su área ha evaluado cómo ha impactado en otros países el ingreso al TCP, y la evolución que han tenido en numerosas solicitudes de patentes. “No ha habido impacto: cuando un país ingresa, el número de solicitudes primero disminuye y luego permanece en valores similares”, aseguró. Dijo que las empresas que vienen a patentar “son las grandes multinacionales, que no precisan el TCP” para hacerlo, y que en cambio se benefician del acuerdo “las pequeñas empresas y los inventores nacionales”.

En cambio, Galván, asesora del MS, confesó que le “preocupan” los efectos que el ingreso a un tratado de este tipo puede generar. Dijo que “cada vez estamos teniendo más problemas” porque las empresas farmacéuticas están retirando genéricos del mercado e incorporando productos patentados. Galvan confesó también que le “preocupa” lo que está proponiendo la Unión Europea en materia de patentes en el acuerdo de libre comercio que negocia con el Mercosur, aunque no dio mayores detalles.

“Ningún monstruo”

Desde el auditorio, Chiazzaro advirtió que el capítulo de servicios del TLC con Chile “coincide con lo que rechazamos en el TPP [Tratado Transpacífico]”. El diputado socialista cuestionó que el gobierno no haya realizado un “estudio de impacto” para firmar el acuerdo. “Yo tengo el tratado y tengo que firmarlo con los ojos cerrados. No sé si Uruguay se va a beneficiar o no”, criticó. El legislador también se quejó de haberse enterado del contenido del tratado cuando este ingresó al Parlamento.

Reserva

“Terminemos con el argumento del secretismo”, contrarrestó el vicecanciller, a su turno. “Acá no hay secretismo, acá lo que hay es reserva, como en cualquier negociación internacional. Los tratados que negocian los países afectan a sujetos dentro de esos países, y esos sujetos actúan y operan, y pueden incidir negativamente. Si yo permito que un actor de mi país incida en el gobierno, puedo estar generando problemas entre estados”, sostuvo el subsecretario de Relaciones Exteriores. Dijo que el capítulo de servicios del TLC con Chile no contiene “ninguna cosa rara” y que no hay “ningún monstruo”. El vicecanciller explicó que el acuerdo “es fundamental para las cadenas de valor con Chile”, porque establece “la posibilidad de que la producción uruguaya se integre con la producción chilena para acceder a los mercados del Pacífico, donde Chile tiene facilidades de ingreso en función de los distintos acuerdos que ha firmado”.

Los chinos y la trazabilidad

Cancela comentó durante la actividad que el subsecretario de Comercio de China le aseguró el año pasado que le comprarán carne a Uruguay y no a otros países “más grandes”, porque estos últimos no pueden asegurar la trazabilidad del producto, y Uruguay sí. “Los chinos me dijeron lo contentos que estaban con la importación de carne uruguaya, y que iban a seguir importando porque tenía trazabilidad”, destacó el vicecanciller.