A partir de allí, se ha realizado una gran cantidad de estudios, en los que se encuentra que los resultados académicos dependen de tres factores: la familia, los compañeros y la institución educativa.
Tanto la evidencia internacional como la nacional encuentran que el contexto familiar es un determinante fundamental en los desempeños de niños y adolescentes. Por su parte, el contexto socioeconómico y cultural de los compañeros, una vez considerado el del propio estudiante, suele ser la principal explicación de las diferencia de performance entre estudiantes de distintos centros educativos. Respecto de este punto, hay autores que señalan que la segregación es una buena estrategia a nivel global, ya que mejora los resultados en el total del sistema; sin embargo, puede ser perjudicial para los estudiantes provenientes de contextos desfavorables, ya que aumenta la desigualdad. Por último, si bien los recursos del centro educativo no suelen tener efectos importantes en las diferencias de resultados, aspectos institucionales como el tipo de institución –público o privado– y la autonomía en la gestión tienen por lo general un impacto positivo.
Una forma de medir los desempeños académicos son las pruebas PISA (Programme for International Student Assessment), un programa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos que examina el rendimiento en matemática, ciencia y lectura de los jóvenes de 15 años que asisten a la educación media. El relevamiento de PISA es realizado en diversos países, en Uruguay desde 2003, e indaga sobre características de los estudiantes y de los centros educativos.
A continuación presento algunos de los resultados principales de mi tesis sobre los determinantes de los desempeños académicos en base a los puntajes en matemática que obtuvieron los estudiantes en la edición de PISA de 2012.
En primer lugar, se encuentra un resultado coherente con todos los trabajos relativos al tema: los resultados académicos están asociados al contexto familiar. Si pensamos en una sugerencia de política, se puede afirmar que, para lograr disminuir la desigualdad educativa, el esfuerzo del sistema educativo debería ser diferencial para compensar las distintas procedencias de los estudiantes. Respecto de otros aspectos referidos al estudiante, cabe destacar que los que habían asistido a algún curso de preprimaria por más de un año tuvieron un puntaje esperado mayor que el promedio.
En segundo lugar, es importante resaltar que el centro educativo es determinante en los resultados. Dentro de las variables referidas al centro, el entorno económico, social y cultural promedio es el más influyente.
Respecto del tipo de centro, una vez que se considera el entorno socioeconómico promedio del centro educativo, los resultados de los estudiantes que asisten a instituciones privadas son similares a los de quienes asisten a las públicas. Esto podría sugerir que, al menos en el caso de Uruguay, la gestión privada no presenta ventajas en cuanto a sus posibles efectos en los logros de los individuos.
Por último, se halló un efecto positivo en la relación entre el contexto del estudiante y el de la institución educativa. Si se considera que este último está influido por la composición social del barrio, y sumado al hecho de que el contexto de los compañeros es uno de los principales determinantes de las diferencias de desempeño, se podría decir que los centros educativos se encuentran segregados. En particular, un estudiante que vive en un barrio de contexto desfavorable pero que tiene un entorno económico, social y cultural relativamente alto en su hogar se verá beneficiado al asistir a un centro educativo en un barrio con un entorno favorable, lo cual fomenta la segregación educativa.
En este sentido, y pensando en posibles respuestas de política pública, algunos autores han recomendado medidas para disminuir la segregación, como la creación de escuelas imán, con programas que atraigan a estudiantes de diverso contexto, o que los centros se creen cerca de barrios con diferente composición socioeconómica, o promover la movilidad de los estudiantes a otros barrios.
En definitiva, un sistema educativo más integrado parece ser una buena opción para disminuir desigualdades futuras.
Investigadora del Departamento de Economía, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República. Autora de la tesis “Desigualdad de aprendizajes en Uruguay: determinantes de los resultados de PISA 2012”.