De las internas de los tres grandes partidos, la colorada posiblemente sea la que más ha cambiado tras el período electoral de 2014-2015. Los dos grandes bloques que el partido presentó entonces, Vamos Uruguay (VU) y Batllistas de Ley, padecieron duras escisiones, a las que se les suma el reciente anuncio del senador Pedro Bordaberry de que dejará la actividad política a partir de 2020. En medio de la atomización y la incertidumbre, los desafíos cunden en todos los rincones de la sede de la calle Martínez Trueba.

Para el diputado Fernando Amado, la retirada de Bordaberry es una “enorme oportunidad” dentro del Partido Colorado (PC), porque “lo único seguro es que va a haber cambio y no continuidad”, y además, porque implica la posibilidad de que “mucha gente que podía no venir [al partido] por la presencia de Bordaberry, hoy va a tener una situación distinta”. Esto también le devuelve otra ilusión al diputado: “Que el batllismo vuelva a ser mayoría en el PC”.

Recordemos que durante la actual legislatura, VU fue perdiendo toda su bancada de diputados en Montevideo (Guillermo Facello, Fernando Amado, Valentina Rapela y Ope Pasquet). Esto, sumado a la retirada de Bordaberry, podría llevar a pensar en una desintegración del sector que lideraba.

Pero la idea de la desaparición total de VU podría ser una pesadilla importante para la otra ala del partido, la denominada batllista. El propio Amado señala que este sector debe seguir siendo parte del menú del partido y enfatiza en la importancia de que encuentre un nuevo liderazgo, e incluso una opción electoral, que le permita “crecer hacia afuera”. Para el diputado, “sería un enorme error frotarse las manos e ir a la antropofagia interna”.

La importancia del sector de Bordaberry también fue destacada por el ex vicepresidente Luis Hierro López: “El PC siempre tuvo dos alas fuertes. Y uno de los problemas de VU fue que su mayoría era tan predominante que eliminaba otros perfiles. Pero ahora, sin Bordaberry, sería malo que VU se desarticule, porque estaríamos ante el mismo tema, pero al revés”.

Y a diferencia de Amado, el senador José Amorín Batlle, líder de Batllistas de Ley, interpretó esta semana en declaraciones a Radio Carve que la salida de Bordaberry “no es una buena noticia”, en la medida en que va a implicar un esfuerzo mayor de los dirigentes de primera línea para que el PC crezca.

Armando el rompecabezas

Mientras la crisis del bloque bordaberrista se agudiza, los diferentes sectores batllistas del PC buscan convertirse en la alternativa principal a VU, aunque por el momento son más los proyectos individuales que las creaciones colectivas.

Tras la ruptura entre el senador Amorín Batlle y el ex intendente de Rivera Tabaré Viera (Espacio Abierto), la alianza más resonante fue la unión, en mayo de 2016, de las agrupaciones de los diputados de Viera y Ope Pasquet (Batllismo Abierto), que derivó en la creación del bloque Unidos. El grupo cuenta con una bancada parlamentaria de tres diputados, ya que a estos dos dirigentes se le suma el representante montevideano Conrado Rodríguez. Pero además, tiene la adhesión del único intendente colorado en todo el país, Marne Osorio, de Rivera. Pasquet consideró que sería “deseable” que todos los grupos batllistas vayan a las elecciones con una candidatura en común, que deberá definirse “cuando llegue el momento”. Las opciones para ello son dos: o una figura se destaca naturalmente o se podría realizar una elección interna del batllismo, consideró.

Sin embargo, la forma de dirimir la interna genera discrepancias dentro del propio bloque. Espacio Abierto viene impulsando la propuesta de adelantar las elecciones internas del PC a 2018. Según Rodríguez, “el partido necesita una nueva instancia de legitimación ante la ciudadanía”, que permitiría “dinamizar y movilizar la estructura, renovar las autoridades partidarias, pero sobre todo que la gente participe de otra manera, con un partido mucho más abierto”. Pasquet, en cambio, tiene ciertas dudas al respecto: “Hay dificultades obvias. Habría que ver si todos los grupos del partido están dispuestos a participar, y evaluar si el clima de opinión pública es favorable a una elección”. El clima, dio a entender el diputado, se apagó luego del período electoral: “Hay que tener en cuenta que en las internas del Frente Amplio de 2016 participaron 90.000 personas y nosotros en pleno período electoral, en las de 2014, habíamos alcanzado 140.000 votos”.

Vivitos y coleando

Amorín Batlle, que enfrentó a Bordaberry en las internas de 2014 y se quedó con 25,5% de los votos colorados, aseguró que su sector, Propuesta Batllista, es el “más grande” de la denominada ala batllista del PC. A pesar de haber sido precandidato presidencial, una vez terminado el ciclo electoral, Amorín se quedó solo en el Parlamento, ya que Viera y Rodríguez se alejaron de él. Sin embargo, dice que mantiene su estructura en el país, con dirigentes “fuertes” en todo el interior, que en muchos departamentos son los “más importantes” del partido. En esa selecta nómina, el senador destacó al actual director del Banco República Eduardo Elinger (Maldonado), a Juan Amaro Cedrés (Florida), al edil Martín Pérez (Colonia), y al ex intendente Carlos Signorelli (Artigas), procesado en 2009 por el delito de fraude y luego suspendido de ejercer actividad política durante cinco años por el propio PC.

Si bien no descartó volver a ser candidato, Amorín dijo que su sector posiblemente tome esa decisión en el segundo semestre del año que viene. Al igual que Pasquet, se mostró entusiasmado por la posibilidad de que “los batllistas nos presentemos todos juntos” en 2019, aunque dejó en claro que no le quita el sueño si eso no se logra.

Quien sí parece estar desvelado por lograr este acuerdo es Hierro. “Hoy hay diez grupos que parecen tener su candidato propio y eso no nos conduce a nada. La idea es que esos grupos se unifiquen para tener una candidatura fuerte”, explicó. El ex vicepresidente dijo no tener claro si será candidato a algo, pero dijo que por el momento no está pensando en postularse “ni siquiera a edil”.

Diferente es el caso de Amado, que en lugar de apostar a aliarse con otros dirigentes de trayectoria, arrancó prácticamente de cero su sector, Batllistas Orejanos, que comenzó a conformar el año pasado, principalmente con personas ajenas al mundo de la política. El diputado es el único que ha dicho expresamente que será candidato en 2019, y si bien está dispuesto a aliarse con otras figuras del partido, no tiene pensado ceder en su candidatura. “Estoy abierto a conversar y llegar a acuerdos siempre, pero al mismo tiempo estoy convencido absolutamente de que la mejor alternativa es la nuestra, y voy a pelear por liderar este proceso de renovación y cambio”.

En tanto, también comienzan a aparecer espacios para otros dirigentes. Entre ellos está José Pablo Franzini Batlle, cuyo sector, Asamblea Batllista, “aspira a ser mayoría en el PC”. Y si bien tampoco reniega de las alianzas, este convencional considera que “la mayoría de los sectores que hoy se dicen batllistas en su momento no tuvieron matiz ninguno con el bordaberrismo”.