“Cuando viene un inversor no le pregunto si es chavista o antichavista. No pasa por ahí. Mientras pasen los organismos de contralor legal que tenemos en Uruguay y vengan a invertir genuinamente y con transparencia, no nos interesa el tema político de fondo”. La frase pertenece al intendente de Florida, Carlos Enciso (Partido Nacional), y viene a cuento de un fenómeno llamativo: la llegada simultánea de varias empresas venezolanas que invierten en ese departamento.

Enciso explicó a la diaria que, en concreto, hay al menos tres “importantes emprendimientos” en los que participan capitales de Venezuela: la adquisición del frigorífico Florida por parte de la firma Clademar, del venezolano César Zambrano (que está a la espera de un crédito del Banco República para reabrir antes de fin de año); un complejo lechero en la zona de Mendoza (perteneciente a la empresa Sandit, del venezolano Hugo Reyes), y otro en el mismo rubro de la familia Basile, que está vinculada a la industria de la molienda de trigo y harina en Venezuela.

“Son inversiones importantes. Traen técnicos, directores, gerencias y familiares, pero no hay, por ahora, un componente de migración venezolana fuerte, como tal vez se vea en Montevideo. También es cierto que en otros departamentos no se ve una presencia tan importante de capitales venezolanos”, reflexionó Enciso, que siendo diputado viajó en tres oportunidades a Venezuela y mantiene un buen diálogo con el embajador de ese país, Julio Chirino. “Sé que alguno de los empresarios se llevó bien con Chávez al comienzo y después ya no se llevó tan bien. Entre estos inversores hay matices y comentarios diversos; pero no es gente que haya llegado por contactos de la embajada, y tampoco los podría vincular con capitales que estén saliendo de Venezuela por la situación política”, comentó.

En cualquier caso, a Enciso no le interesa vincular las inversiones que recibirá Florida este año -unos 50 millones de dólares, según estimó- a las afinidades políticas: “Siempre he tenido amplitud y no he querido mezclar las cosas. No hay que tener prejuicios ideológicos cuando hay posibilidades de explorar mercados”.

Consultado respecto de si en el PN aceptan esa posición, respondió: “No lo sé, estimo que la mayoría lo entiende. Yo en esta lógica me debo a una base de sustentación, que fue 60% del electorado de Florida en mayo de 2015, que incluye a frenteamplistas y colorados que apostaron al desarrollo del departamento. Y para eso no tengo que pedirle autorización a nadie en el PN”.

Para graficarlo, habló además de los intercambios que mantuvo en los últimos meses con empresarios palestinos, chinos y rusos. “Es más, en los próximos días nos confirma si viene o no un grupo empresarial ruso; hay un tipo de dulce que se consume en Rusia y que se podría llegar a producir en Florida”, remató.