“Ni nos imaginábamos que teníamos la posibilidad de ganar algo. Yo en particular no entendía inglés y me tuvieron que avisar que habíamos ganado, re contentos estábamos”. Así contó Belén Barreto, una de las integrantes del grupo de estudiantes del liceo de Tala que participó en la competencia mundial First Championship World Festival, en Houston, cómo fue el momento en el que recibieron la mención especial como mejor equipo novato en la competencia. Belén, Axel Cuendes y Nicolás Borges, los tres estudiantes integrantes del grupo, y su docente, Alicia Ferrando, compitieron contra 110 equipos de 80 países. Llegaron a Houston, en Estados Unidos, después de haber salido primeros en el Torneo First Lego League en las Olimpíadas de Robótica, Programación y Videojuegos organizadas por el Plan Ceibal el año pasado. En la competencia presentaron el proyecto con el que ganaron, Pet Rescue Tala, un robot que colabora en el combate contra la leptospirosis en Tala identificando las superficies húmedas y esparciendo cal en ellas, para evitar la propagación de la bacteria que genera la enfermedad. Pero también participaron en la competencia de robótica, en la que el robot construido por ellos debía cumplir con la mayor cantidad de consignas planteadas en dos minutos y medio. Según informó ayer la web del Plan Ceibal, al jurado le sorprendió lo bien desarrollado que estaba el proyecto científico y el poco tiempo en el que habían logrado la investigación. Los chiquilines viajaron muy entusiasmados. “Iban muy motivados por participar, pero después de llegar allá vieron la variedad de proyectos muy buenos, de soluciones, y nunca esperaron que el jurado los premiara por algo”, comentó a la diaria Ferrando.

El premio que les dio el jurado, además de un trofeo, consiste en otro viaje: la NASA los invitó a participar en la conferencia Open, entre equipos seleccionados, en su sede en West Virginia, en julio. La NASA financia la estadía y la alimentación, pero ahora buscarán conseguir patrocinadores para poder comprar los pasajes. Este viaje se juntará con otra competencia en Washington, también de la organización de robótica First, pero con otros kits de robótica, no Lego.

Varias vueltas

Belén está en quinto biológico y no sabe si estudiar veterinaria o medicina. Le gustó ver cómo otros equipos resolvían algunas de las consignas “de manera más simple, cuando de repente nosotros nos matábamos pensando cómo hacer”, y contó que quedaron en contacto con el equipo de Paraguay, que este año viajará a Uruguay también por una competencia de robótica. Nicolás también tiene 16 años, hace quinto científico y quiere estudiar ingeniería, aunque también maneja la opción de hacer Mecatrónica en la Universidad Tecnológica. Axel, de 17 años, está en sexto de ingeniería y piensa estudiar ingeniería en la Universidad de la República. Los tres van, desde que estaban en primer año de liceo, al taller de programación y robótica que da Ferrando (a contraturno) en el liceo José Alonso Trelles, desde 2012. Actualmente, contó la docente, hay cinco estudiantes en el grupo de “grandes”, diez estudiantes de tercer año y “un montón esperando para entrar, de primero y segundo”. El taller es voluntario y no lleva nota, y para programar usan las computadoras que entrega el Plan Ceibal.

Después de que los estudiantes de Tala ganaran la competencia nacional, la coordinadora de Robótica del Plan Ceibal, Fabiana Pedrini, se sumó al proyecto y brindó distintos apoyos para que participaran en la competencia. Además del pago de los pasajes, la estadía, los documentos y la alimentación, también recibieron los materiales (fundamentalmente los robots) y clases de inglés.

Antes de la competencia y la premiación, que fueron el viernes y sábado, respectivamente, los estudiantes aprovecharon los días para recorrer. Otro talense, Mauro Costa, un científico que es director del Departamento de Neurociencia de Baylor, un centro médico, los llevó a conocer el laboratorio y la Universidad de Rice, una institución privada. Costa a su vez los contactó con otro uruguayo, el minuano Germán Cuba, que es economista y docente en la Universidad de Houston y que los llevó a recorrer la universidad, que es “más grande que Tala” y los impresionó, contó Ferrando. También visitaron la sede de la NASA en Houston.