“Implicaciones económicas de la exposición al mercurio en el contexto del tratado global de mercurio: los niveles del mercurio en el cabello y la pérdida estimada en la productividad económica en los países en desarrollo”, se titula el informe publicado en Journal of Environmental Management a fines de 2016 y difundido recientemente. Comprende 15 países -Albania, Bangladesh, Bielorrusia, Camerún, Islas Cook, India, Indonesia, Kenia, México, Nepal, Rusia, Sri Lanka, Tanzania, Tailandia y Uruguay- y es destacado como el primer estudio revisado por pares que calcula el impacto económico debido a los daños en el coeficiente intelectual causados por la contaminación por mercurio en países subdesarrollados.
Se analizaron cabellos de 236 personas que habitan zonas cercanas a fuentes de mercurio identificadas por el Convenio de Minamata (que busca proteger la salud humana y el ambiente de las emisiones y liberaciones antropogénicas de mercurio y compuestos de mercurio).
En Uruguay la investigación contó con la colaboración de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina (RAPAL-Uruguay), que concentró el estudio en el entorno de la fábrica Efice, ubicada en el kilómetro 25 de la ruta 1, en San José, que utiliza mercurio para producir cloro y soda.
“En nuestro país la contaminación por mercurio está costando hasta 2.200.000 pesos en potencial de ingresos perdidos en una comunidad uruguaya”, detalla la síntesis difundida por RAPAL, que especifica que “la cantidad de dinero se calcula por todo el tiempo que ha estado funcionando [la fábrica] y la cantidad de mercurio utilizado”. Efice utiliza tecnologías con mercurio para elaborar soda y cloro desde la década de 1950. Los investigadores consideran que una concentración de mercurio en el cabello mayor a 0,58 partes por millón (ppm) es indicadora de un efecto dañino. “Los niveles de mercurio en el cabello de los participantes en el departamento de San José oscilaron entre 0,05 ppm y 2,09 ppm. 20% de los participantes tenía niveles superiores a 0,58 ppm estándar, que es la dosis de referencia propuesta últimamente a la luz de los datos que sugieren los efectos nocivos del mercurio en bajos niveles de exposición”, expresa el resumen de RAPAL.
Los niveles de mercurio se hallaron en el cabello de todos los participantes de los 15 países y alcanzaron hasta 13,30 ppm; los niveles promedio se ubicaron entre 0,48 ppm y 4,60 ppm. Casi dos tercios, 63% de los participantes, presentaron niveles superiores a 0,58 ppm. La pérdida económica en todos los sitios se calculó en 130 millones de dólares.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición al mercurio puede causar graves problemas de salud y es peligrosa para el desarrollo intrauterino y en las primeras etapas de la vida; la sustancia es tóxica para el sistema nervioso e inmunitario, para el aparato digestivo, la piel, los pulmones, los riñones y los ojos. La principal vía de contaminación es el consumo de pescado y mariscos contaminados con metilmercurio.
“Los investigadores modelaron los niveles de mercurio basándose en la premisa de que la distribución en la población analizada sería similar para mujeres embarazadas, lo cual resultaría en exposición fetal y una pérdida subsecuente de coeficiente intelectual en sus hijos. Posteriormente se obtuvo la tasa de natalidad del área para calcular el número de puntos de coeficiente intelectual perdidos por año, y se asignó un impacto económico basado en estudios anteriores que definen que el valor de cada punto de coeficiente intelectual corresponde a 19.269 dólares”, dice el resumen del estudio.
Impacto local
María Isabel Cárcamo, referente de RAPAL, señaló que Efice se ubica en la desembocadura del río Santa Lucía, en una importante zona pesquera. Considerando los resultados de la investigación, mencionó la necesidad de implementar “totalmente” el Convenio de Minamata. Explicó a la diaria que se espera que el convenio entre en vigor en setiembre, cuando haya sido ratificado por 50 países, pero comentó que Uruguay fue uno de los primeros en ratificarlo (en 2014), que se comprometió a implementarlo, y que no tiene por qué esperar a que entre en vigor para aplicarlo.
En enero, el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente intimó a Efice a construir un cerco en la zona de impacto de sus vertidos; le dio un plazo de tres meses para la ejecución y finalización de las obras, debiendo iniciar las obras antes del 1º de febrero. A fines de marzo, el periodista Víctor Bacchetta publicó en Sudestada un informe sobre esta fábrica, que abastece de cloro a OSE, a un precio altísimo respecto del precio de exportación. La investigación plantea que Efice está ubicada en el área protegida Humedales del Santa Lucía, y que entre 1959 y 1992 descargó los efluentes en un bañado (luego pasó a almacenarlos en tarrinas). Sólo entre 2011 y 2015 importó 2.587 kilos de mercurio. Tras la primera nota de Sudestada, la Dinama divulgó un informe hecho con la Agencia Japonesa de Cooperación en el que descartó el riesgo sanitario por vertido de mercurio en el río Santa Lucía, aunque sí identificó “una zona con presencia de mercurio orgánico”. Sudestada señaló allí una contradicción, y remarcó que, según la OMS, “si se confirmó la presencia de mercurio, no se puede afirmar que no existe riesgo para la salud humana”.