Hace 28 años moría Raúl Bebe Sendic, y su mito se expandió entre los tupamaros, que todavía lo evocan como si estuviera entre ellos. El líder del Movimiento de Liberación Nacional, el estudiante de abogacía, el hombre de campo, el compañero de los peludos del norte, el guerrillero primigenio, el que trazó planes y fantasías, anoche miraba a sus compañeros desde las sombras rojas de una gigantografía en la que estaba estampada su cara. El telón del escenario de Tristán Narvaja y Cerro Largo estaba bermellón con los trazos gruesos de ese rostro tan reconocible para la izquierda. Sendic miraba con el ceño fruncido, el bigote serio, los ojos entreabiertos, uno como mirando al cielo, el otro observando a sus compañeros de estrado y la media cuadra de militantes de todas las edades.

Ernesto Agazzi dijo que no iba a empañar la evocación de la figura de su compañero político para hablar del affaire Urruzola-Huidobro, especialmente por la polémica que generó el pasaje referido al financiamiento de las estructuras emepepistas-emelenistas mediante asaltos. Pero no tuvo más remedio que decir algo, y fue el único: en rueda espontánea de prensa antes de empezar el acto, Agazzi se mostró confiado en que sus compañeros de finanzas pueden mostrar de dónde ha salido cada peso, y saludó la iniciativa del fiscal general, Jorge Díaz, para investigar de oficio las afirmaciones que se publicaron en el libro, que copó la agenda en los últimos días. “Quien decidió hacer [el libro] fue la editorial Planeta y contrataron a [María] Urruzola, podrían haber contratado a otro. […] Este libro hace acusaciones sobre el MLN y el MPP y no habló ni con el MLN ni con el MPP. Eso no es investigar, eso es acusar sin fundamentos”, respondió el senador.

En el estrado, reivindicó la figura de Sendic, su humildad, sus pocas palabras, el hombre del Frente Grande, el que decía de cuidar la primavera democrática de 1985. También recordó a quien criticó al uso de la tierra como capital, como patrimonio para acumular y no como un bien social para generar trabajo y producción. Sendic “habló de cosas que en su momento eran como nuevas. Polémico, hablando siempre poco, había que hacer un esfuerzo por entender las cosas que decía. Fue un compañero clave en la historia del MLN”, resumió. El senador evocó la historia del país, la de la lucha entre dos fuerzas, las populares y las oligárquicas. Una lucha que aún se fragua, dijo, mirando sus hojas escritas a mano.El progresismo frente al liberalismo transnacional, arropado en nuevas tecnologías y con cara de organización social desestabilizadora. Citó los ejemplos de esas organizaciones en Egipto, Serbia y Venezuela, desestabilizando, vistiendo las mismas ropas y leyendo los mismos manuales para que caigan “los regímenes”. Cuando habló el ex presidente José Mujica, que se fue por detrás sin conversar con la prensa, no volaban ni los mosquitos despistados de finales de abril. Mujica, el magnético, volvió a negar su candidatura para la próxima presidencia y dijo que no quiere un país confrontado. “Si me queda aliento, militaré para respaldar a los compañeros hasta el último minuto de mi vida”. Aplausos cerrados. Abrazos, fotos, auto y chau.