El jueves 6 de abril el núcleo de docentes del liceo 74, ubicado en Lezica, ocupó el local de estudios, al no haber obtenido respuesta del Consejo de Educación Secundaria (CES) a los reclamos por los diversos problemas que sufre el edificio (es un local alquilado, con salones prefabricados en los que se filtra el agua y ya no hay espacio para todo el alumnado). La ocupación se levantó el viernes anterior a la Semana de Turismo, pero los problemas siguen. Según comentó Héctor Altamirano, adscripto y profesor del liceo, ayer fue un arquitecto a la institución, enviado por el CES, que escuchó los reclamos, tomó medidas y dijo que iba a elevar un presupuesto y que, en caso de que fuera aprobado, “en el correr de la semana empezarían las obras”.
Oficialmente, el CES había comunicado el día antes de la ocupación que “el edificio era un antiguo convento, por lo que su diseño se adaptó en la medida de lo posible”, y que en este momento tiene “algunas deficiencias”. El CES “se encuentra abocado desde hace tiempo a buscar un terreno en la zona que permita la construcción de un edificio educativo propio. En el eje Colón-Lezica se avanza en la concreción de la construcción de un nuevo liceo que se sumará al 74 para atender a la población de la zona”. Altamirano dijo que a sus compañeros del liceo 9 (ubicado en Colón) también les habían respondido que estaban buscando un terreno, y de eso ya pasó “por lo menos un año”.
Isabel Jaureguy, consejera del CES, dijo a la diaria que durante la ocupación le alcanzó una propuesta al núcleo de profesores, firmada “exclusivamente” por ella, que incluía hacer “algunos arreglos básicos”, como sustituir unas aulas por otras. De todos modos, le pareció lógico que no la aceptaran, porque era una propuesta “ambigua”, pero fue hasta donde ella “pudo llegar”. “Los problemas que plantea el liceo 74 son reales. A mí me preocupa la imposibilidad de dar una respuesta estructural a los problemas [...]. A veces me da un poquito la impresión que el CES reaccione sin capacidad de poder prever. Es claro que hay una política de mejora y de construcción que no está a la altura de las necesidades. Hay que ver lo que es ese liceo: está complicado”, sentenció Jaureguy.
La consejera también dijo que, por ejemplo, el estado del liceo de Juanicó (Canelones) hoy es “inaceptable”, pero se está construyendo otro. “Entonces, capaz que los trabajadores y estudiantes, que son los que se sacrifican, hacen el esfuerzo porque hay una expectativa, pero en el caso del liceo 74 no parece haber una solución a corto plazo”.
Jaureguy aseguró que el CES tiene conocimiento de los reclamos por las situaciones de los liceos, pero el tema es por qué a veces no pueden anticiparse a las dificultades. Agregó que es un problema del CES y también de “la clase política”, y citó a Alicia Melgar, directora del Instituto Nacional de Estadística: “Los problemas de la educación no se resuelven exclusivamente con mayores recursos, pero es imposible resolverlos sin ellos”.
“Hace mucho tiempo que los sindicatos ponen énfasis en mejorar las condiciones de trabajo para que unos aprendan mejor y otros enseñen mejor. Ya excede el debate del salario. De todos modos, cuando llega el presupuesto al Parlamento, todos levantan la manito y votan el presupuesto hecho por el Ministerio de Economía y Finanzas, no por la ANEP [Administración Nacional de Educación Pública]”.
Altamirano dijo que Jaureguy fue la única autoridad del CES que se acercó a conocer la situación del liceo y que “en realidad, el papel que tuvo fue simplemente transmitir lo que nosotros ya habíamos transmitido”: “Dijo que las decisiones no dependían de ella, pero que elevaba todos nuestros pedidos”.
Al cierre de esta edición estaba prevista una reunión de todos los profesores del liceo 74 con los padres de los alumnos. Según el adscripto, “no se descarta que se pueda volver a ocupar”.