El tema de la instalación de IMAE cardiológicos en el norte del país ha estado en la agenda en los últimos meses, en parte por la fuerte demanda de las comunidades de Salto y Tacuarembó, que reclaman centros especializados que atiendan en las localidades las patologías cardíacas. Pero, más que nada, lo ha estado en los últimos diez días, desde que Basso anunció que se autorizaría la extensión del IMAE cardiológico del Sanatorio Americano en el Centro Médico Quirúrgico de Salto. Basso había sido interpelado por ese tema el 21 de febrero, por el diputado nacionalista Martín Lema. Esta tarde volverá al Parlamento, ya no en el marco de una interpelación, sino para intercambiar opiniones con los legisladores de la Comisión de Salud de la Cámara de Senadores acerca del proyecto de ley de Centros o Servicios de Referencia en Salud, que el Poder Ejecutivo envió al Parlamento el 13 de febrero, y que comenzará a ser estudiado por esa comisión.

Extensiones norteñas

Basso destacó ayer que el de Salto será “el primer centro cardiológico sin tener cirugía cardíaca”, lo que se seguirá haciendo en el Sanatorio Americano, que es propiedad de la Federación de Prestadores Médicos del Interior. El ministro destacó que es posible hacer eso gracias a los avances científicos y técnicos y que “hay suficiente evidencia de que hoy ya no se justifica que un centro cardiológico necesariamente tenga que tener cirugía cardíaca”, aunque acotó que se debe tener capacidad para trasladar a un paciente en menos de dos horas a una sala de cirugía, en un pequeño porcentaje de complicaciones de procedimientos invasivos. “Nos han comunicado que tenemos los protocolos para asegurar qué tipo de procedimientos se van a realizar, cuáles son aquellos pacientes que van a ser tratados, cuáles son los pacientes complejos que van a seguir siendo derivados, así que tenemos todas las condiciones técnicas”, señaló, además de mencionar otro componente importante: “El compromiso escrito de que no van a solicitarse incrementos de aranceles o de otros apoyos de fondos públicos para esta extensión del IMAE del Sanatorio Americano”.

Aclaró también que los usuarios pueden elegir en qué IMAE atenderse, y comentó que “en Salto y Paysandú hace 20 años que existen IMAE cardiológicos para la colocación de marcapasos, y no toda la población del litoral, ni siquiera de estos departamentos”, concurre a esos IMAE, porque se guían también por otros aspectos, como continuar atendiéndose con un profesional o en el IMAE en el que se trataron previamente. A su vez, Basso anunció que el MS está haciendo gestiones por intermedio de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) para analizar la viabilidad de que el IMAE público del Clínicas pueda tener una extensión en el Hospital de Tacuarembó, mediante un convenio de complementación entre ASSE y la Universidad de la República. No estaríamos creando un nuevo IMAE, sino que sería la extensión”, precisó. Dijo que el hospital universitario tiene una capacidad superior a la cobertura que hace: apenas 3,7% del total de angioplastias y 7% de los estudios hemodinámicos.

Otro esquema

Con los centros de referencia, el MS apunta a “incorporar en el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) una figura diferente a los IMAE”, dijo ayer Basso, y subrayó que la mayoría son centros privados vinculados a grupos de interés económico. El proyecto de ley define a un centro o servicio de referencia como “la entidad o parte de ella que se aboque exclusivamente a la atención de patologías” que son “generalmente complejas y de baja prevalencia”, y cuyo tratamiento y diagnóstico requieren un alto nivel de especialización de recursos humanos y materiales, así como la experiencia acumulada que se alcanza “con ciertos volúmenes de actividad”.

Los centros darán cobertura en todo el país a los usuarios del SNIS. Los prestadores integrales (mutualistas y hospitales) estarán obligados a derivar a los centros de referencias a las personas con patologías que puedan ser cubiertas por estos, pero sin trasladar la responsabilidad que tienen sobre el usuario; esa es una diferencia importante con el sistema de IMAE, donde las instituciones derivan a los usuarios, fragmentando la atención.

El MS será el encargado de designar los centros, que podrán ser públicos o privados; para eso hará un llamado a interesados y podrá designar directamente a otros que al momento de aprobarse la ley tengan en exclusividad la atención de cierta patología. Las prestaciones que hasta ahora se financian por el Fondo Nacional de Recursos (FNR) seguirán siendo financiadas por este organismo. El FNR también financiará las prestaciones incluidas en programas de atención de salud aprobados por el MS que hasta ahora no eran financiadas por el fondo, pero eso “implicará reducir las cápitas” que cobran los prestadores integrales el costo equivalente a las prestaciones. Ese costo será mensual y proporcional a la cantidad de usuarios, “con independencia de actos médicos realizados”, propone el proyecto.