Los trabajadores de Arrozal 33 cumplen hoy diez días de campamento en el cruce de la ruta 18 con el camino Arrozal Treinta y Tres; el martes, en una asamblea, resolvieron mantener la medida. Si bien el viernes tuvieron un encuentro con la empresa en la Dirección Nacional de Trabajo (Dinatra), las propuestas de la empresa fueron insuficientes como para votar un cuarto intermedio, levantar la medida de paro y continuar las negociaciones.

Según contó a la diaria el dirigente del Sindicato Único de Trabajadores del Arroz y Afines Marcelo Amaya, ese día hubo un preacuerdo para levantar las sanciones a las dos trabajadoras que habían sido suspendidas por participar en una asamblea de la Unión Nacional de Asalariados, Trabajadores Rurales y Afines, y para que retornaran a sus puestos de trabajo a partir del 28 de abril, ya que actualmente están en el seguro de paro. Pero no hubo acuerdo sobre el resto de la plataforma que plantearon los trabajadores.

Desde 2008 la empresa no tiene convenio con los trabajadores, y, como el año pasado no hubo acuerdo en el Consejo de Salarios (los empresarios se retiraron de la negociación y el Poder Ejecutivo laudó por decreto únicamente los salarios mínimos), los trabajadores comenzaron el conflicto el lunes 3 de abril, con una plataforma relacionada a mejoras en las condiciones de trabajo y mejoras salariales. Entre otros aspectos planteaban 12% de aumento salarial, continuidad en la canasta familiar (actualmente la reciben sólo cuatro meses al año), un set escolar y liceal para los hijos de los trabajadores, y que los empresarios paguen al menos 50% de los aportes personales.

Los empresarios y la Asociación de Cultivadores de Arroz , que media en el conflicto, manifestaron estar dispuestos a extender la canasta a todo el año, pero hubo un primer trancazo en relación a otro reclamo. Los trabajadores plantean que quienes viven en Vergara tienen dos horas de traslado a las plantaciones, y reclaman que la empresa pague por ese tiempo. La oferta de la empresa fue pagar media hora, explicó Amaya, pero “ahí se trancó la negociación, porque los trabajadores piden que pague aunque sea una hora”. A nivel salarial los empresarios plantearon un aumento condicionado al presentismo, pero en la asamblea del martes, en la que participaron entre 40 y 50 trabajadores, “no lo consideraron, porque no piensan cambiar salario por trabajo a destajo”. El resto de los puntos no se siguieron discutiendo. Los trabajadores enviaron una contrapropuesta para continuar las negociaciones, pero todavía no han tenido respuesta.

También dificultó la negociación el hecho de que como no hubo acuerdo en los puntos de la plataforma general, se cayó el preacuerdo al que habían llegado por la situación de las dos trabajadoras sancionadas. En este sentido, informó Amaya, la empresa advirtió que iría a la Justicia a resolver este punto. “Nuestra voluntad es resolver el conflicto en el ámbito del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, pero si la empresa quiere ir a la Justicia nosotros vamos a ir por la agresión a nuestro compañero, por la violación a las libertades sindicales, por todo”, respondió Amaya al respecto.

Pese a que pasaron los días, “el campamento sigue tal cual”, aseguró Amaya. “Los trabajadores están bien concientizados, hay mucha solidaridad de la población y de trabajadores de otros lugares, se han juntado alimentos para que se mantenga la medida de lucha”, añadió, y comentó que se han acercado muchas de las compañeras de los trabajadores con sus hijos. “Están dispuestos a encarar la lucha”.