Ayer, en el Salón de Actos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) se desarrolló una actividad compuesta por diversas exposiciones llamada “El futuro de la seguridad social ante los nuevos desafíos que se plantean: nuevas tecnologías en el mundo del trabajo, nuevas modalidades de trabajo y envejecimiento demográfico, entre otros”, en el marco de la Celebración de la Semana de la Seguridad Social.

El tema del encare de las nuevas tecnologías atravesó gran parte de lo expuesto por la mayoría de los oradores. La encargada de abrir la primera mesa fue Elvira Domínguez, directora representante de las empresas en el Banco de Previsión Social (BPS). Dijo que el concepto de que la mano de obra será sustituida por la tecnología ya es arcaico, porque será sustituida por la robótica, y eso en el futuro debería llevarnos a repensar incluso “el derecho de los trabajos y de la seguridad social”.

Luego se refirió a las unidades de fiscalización de los organismos recaudadores, que “deberían prepararse” para atender nuevas modalidades de comercio, como el que se realiza por internet, “donde se suele ocultar la informalidad más descarnada”. Agregó que el tema fue planteado en el directorio del BPS en diferentes ocasiones, sobre todo a la hora de aprobar el plan de fiscalización, pero no tuvo éxito. “Lo único que evidencia la respuesta de que es ‘muy difícil controlar el comercio por internet’ es un total desconocimiento del uso de las tecnologías de la información”, remató Domínguez, que por otro lado subrayó que antes se protegía la maternidad solamente de las trabajadoras en relación de dependencia, pero no la de las patronas. “Felizmente, esto se logró, enmarcado en políticas de género. Esto aporta a la seguridad social del futuro”.

Por su parte, Carlos Clavijo, representante de los trabajadores en el BPS, hizo un repaso histórico por la revolución industrial en el que recordó que los obreros hasta llegaron a sabotear las máquinas para no perder su trabajo, y que había accidentes porque los trabajadores no estaban protegidos. Todo eso hizo que “nacieran los movimientos sociales y políticos para discutir esos temas y buscar las soluciones”. La primera mesa la cerró Sixto Amaro, director representante del sector Pasivos en el BPS, quien sostuvo que el envejecimiento de la población de Uruguay debe tenerse en cuenta en el nuevo diseño de la seguridad social, y que es claro que una causa es la baja natalidad, pero también influye el crecimiento de la esperanza de vida, un índice que muestra “la real calidad de vida de los uruguayos”. Amaro subrayó datos del pasado Censo (2011), que mostraban que había 18.000 uruguayos en la franja etaria de entre 90 y 99 años, y que 524 pasaban los 100 años. Sin embargo, dijo que los adultos mayores “no tienen todo resuelto” y que está “clarísimo” que hay que aumentar las jubilaciones mínimas. “Yo solamente doy un argumento: ¿quién puede vivir con 10.000 pesos por mes?”. Amaro destacó que además del sistema de seguridad social, hay que mejorar el de salud, porque hay jubilados adultos mayores “que tienen que elegir qué medicamentos toman porque no tienen el sustento para comprarlos todos de una vez”. Luego dijo que están dispuestos a discutir la edad para jubilarse, pero que junto con eso hay que discutir todo el nuevo diseño de la seguridad social: “Hoy se habla mucho -y se deduce de los números- de que la Caja Militar pierde 450 millones de dólares por año, pero ya hace años que lo sabemos. ¿Cuándo lo vamos a modificar?”.

En otra mesa de exposiciones, Heber Galli, presidente del BPS, dijo que en Uruguay la tecnología avanza más rápido que la discusión política sobre cómo nos armamos para vivir -puso como ejemplo a Uber, de la que también habló Amaro-, y que la pregunta es qué está en el centro: si la tecnología o las personas. “En la década del 80, en el BPS éramos más o menos el doble de los empleados que hay ahora, pero se hacía la mitad del trabajo. Nadie puede plantearse seriamente cosas del pasado, como que hay que hacer los trámites más engorrosos y complicar la cosa para que volvamos a tener esa cantidad de gente empleada”, dijo Galli. Luego señaló que hay que conversar sobre establecer impuestos a la alta tecnificación y pensar en la tecnología como en una compañera de trabajo, no sólo como sustituta de la mano de obra. “No vale ir a un mostrador y que me digan que el sistema no me lo permite. El sistema está a mi servicio, no al revés”. Sobre el abordaje del envejecimiento de la población, Galli dijo que la receta del aumento de la edad para jubilarse no lleva a ningún lado, y que hay que pensar en los muchos modelos de financiamiento que existen, pero sobre todo en un aspecto central para la seguridad social: la solidaridad. “Vivimos todos, y vivimos todos mejor, o viven algunos y el resto sobrevive”, sentenció.

El cierre de la jornada estuvo a cargo de Ernesto Murro, titular del MTSS, quien destacó que hoy hay nuevas realidades de movilidad laboral y territorial -tanto nacional como internacional- y que Uruguay es uno de los primeros países del mundo en cobrarles impuesto (IVA por facturación) en el extranjero a empresas como Uber y establecer que los choferes deben aportar a la seguridad social. Además agregó, entre otras cosas, que la reforma de la Caja Militar está prevista para hacerse desde 1995, y que en los próximos días se presentará una propuesta en el Poder Ejecutivo atendiendo a las nuevas realidades.