En febrero de 2009 la revista inglesa Time dedicaba una sugestiva portada a Karl Marx, en momentos en que las principales potencias capitalistas eran sacudidas por una profunda crisis económica. Una crisis que la ciencia hegemónica (la neoclásica o marginalista) no había logrado prever ni explicar. Su fracaso a la hora de explicar la crisis puso de moda al “economista” alemán, y El capital se transformó en un éxito editorial en los países que entraban en recesión.

Han pasado ocho años desde aquella portada ¿Cuál es la situación presente? La Unión Europea se debate entre la disolución (brexit) y el ajuste a las condiciones de vida de millones de trabajadores (muchos de ellos inmigrantes); en Estados Unidos, el presidente Donald Trump asume con una política proteccionista, de guerra comercial y financiera, especialmente contra China; América Latina ha pasado de un ciclo de expansión económica a un período de crisis y ajustes fiscales, con recambios derechistas en sus gobiernos. En este período, los gobiernos de las principales potencias capitalistas han procedido a la estatización de la deuda estatal, es decir, la conversión del Banco Central en acreedor del propio Estado. En varios casos, el Banco Central ya es dueño de parte del capital accionario de las compañías mismas, en especial en Japón. En Europa la compra de deuda privada de baja calidad es indiscriminada en planes desde los bancos centrales que aún continúan. Y en Estados Unidos han elevado el balance de la Reserva Federal (el Banco Central estadounidense) a seis veces el tamaño previo a la crisis de 2008. Ciertamente, en términos históricos la crisis del capitalismo se acentuó y, con ella, los problemas del desempleo y la desigualdad en la distribución de la riqueza, como atestigua el libro de Thomas Piketty Capital en el siglo XXI. La lucha de clases entre capital-trabajo, en ocasiones velada, en otras de abierta confrontación, parece volver al centro del escenario. La vuelta a Marx exige ir al núcleo de todos estos fenómenos.

¿Por qué Marx?

¿Qué interés despierta el estudio actual de El capital? En primer lugar, el intento de comprender lo que un siglo y medio de economía neoclásica y keynesiana no han logrado explicar. Marx desarrolla una explicación científica de la dinámica de la sociedad moderna: el desenvolvimiento de la acumulación capitalista basado en la explotación del trabajo, sus consecuencias en términos de polarización social y los límites históricos de esta forma de organización de la sociedad.

Su vigencia, sin embargo, no se encuentra en la lectura dogmática o exegética de los textos, sino, como el propio Friedrich Engels resaltara en una carta de 1895, en ser método de análisis, punto de partida para la investigación de los problemas del capitalismo contemporáneo y su ulterior acción práctica para la transformación social. El método tiene como base una concepción del mundo, la materialista, y un modo de pensar y analizar, el dialéctico, a partir del cual es posible reproducir en el pensamiento el movimiento de la realidad. En oposición a la concepción estática y parcelada de lo real utilizada por el posmodernismo y neopositivismo actual, el método de Marx comprende la realidad en permanente transformación y movimiento, y su conocimiento implica develar las determinaciones fundamentales de ese movimiento contradictorio, cuya evolución se manifiesta en la lucha constante de fuerzas en conflicto. Este método se propone superar la realidad de las apariencias entendiendo que lo concreto cobra sentido en conexión con las relaciones establecidas en una totalidad, como parte del todo.

El estudio y la investigación en el terreno de la crítica de la economía política marxista ofrece un arma teórica y una rica fuente de reflexión a los trabajadores que luchan en el marco de la actual crisis capitalista, donde afloran contradicciones irracionales que se expresan en que sobran capitales y mercancías, al tiempo que la desocupación mundial es la más alta de la historia y existen necesidades humanas que no se cubren. En criollo, hay hambre y sobran alimentos.

Poco más de siglo y medio antes de la tapa de la revista Time, en otra revista inglesa se afirmaba: “[Con el capitalismo] han despertado a la vida unas fuerzas industriales y científicas de cuya existencia no hubiese podido sospechar siquiera ninguna de las épocas históricas precedentes. Por otro lado, existen unos síntomas de decadencia que superan en mucho los horrores que registra la historia de los últimos tiempos del Imperio Romano. [...] Las fuentes de riqueza recién descubiertas se convierten, por arte de un extraño maleficio, en fuentes de privaciones”. Eran las palabras de un discurso pronunciado por un tal Karl Marx el 14 de abril de 1856, publicado en el periódico People's Paper.

Curso Introducción a la Economía Política

Este artículo se publica en el marco del curso que, desde ayer, se dicta en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, los martes y jueves de 20.00 a 22.30. La propuesta tiene como objetivo “abordar las principales categorías de la economía política y proporcionar herramientas para el análisis de los procesos económicos contemporáneos”. Está dirigido a integrantes de organizaciones sociales y a estudiantes universitarios de todas las disciplinas. Por mas información: [email protected]