Desde 2010, la cantidad y la procedencia de los migrantes uruguayos cambió, ya que aumentaron en forma notoria las personas que se instalan en Uruguay procedentes de Bolivia, Chile, Paraguay, Perú, Colombia y Venezuela. Este cambio presenta un desafío para el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), por lo que creó la Unidad de Migración.
Estudios realizados por la Universidad de la República (Udelar) señalan que la mitad de estos nuevos ciudadanos tienen estudios terciarios pero acceden a trabajos para los que están sobrecalificados. Las mujeres encuentran mayores dificultades para conseguir empleo, pero cuando ingresan en el mercado laboral lo hacen formalmente. Otros problemas que enfrentan los migrantes son la revalidación de sus estudios y la pérdida de redes sociales. Estos fueron algunos de los datos que anunció ayer el titular del MTSS, Ernesto Murro, en la presentación de la Unidad de Migración.
“El crecimiento de la inmigración en Uruguay es una buena noticia. La creación de la Unidad [de Migración] nos permitirá analizar y ver la situación de estas personas. Ver cómo podemos aprovechar mejor esta ola inmigratoria partiendo de la base de que la inmigración es un derecho humano. Estamos en contra de todo tipo de xenofobia, racismo o discriminación. Los que somos un poco más viejos recordamos cuando en el mundo se hablaba de un solo muro, el de Berlín. Hoy el mundo tiene como diez muros, mucho más grandes, altos y peligrosos. Queremos ser un país abierto que le otorgue derechos y obligaciones a la gente que viene”, dijo el secretario de Estado.
Murro también destacó que Uruguay es uno de los países de América Latina que tiene firmados más convenios laterales y multilaterales de seguridad social para la protección de los trabajadores migrantes. Si bien aún no hay cifras oficiales, el MTSS le solicitó al Banco de Previsión Social (BPS) un estudio sobre la cantidad y la procedencia de los trabajadores extranjeros. En la presentación, Murro mencionó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y sus políticas antiinmigración, y dijo que hay “un lamentable rebrote del nazismo en Europa y en otras partes del mundo”. En contraposición, destacó la existencia en Uruguay de la Ley 18.250, que reconoce el derecho a la migración, la reunificación familiar, el acceso a la Justicia, “así como a la igualdad de derechos con los nacionales, sin distinción alguna por motivos de sexo, raza, color, idioma, religión o convicción, opinión política o de otra índole, origen nacional, étnico o social, nacionalidad, edad, situación económica, patrimonio, estado civil, nacimiento o cualquier otra condición”.
En diálogo con la diaria, el ministro valoró que “el mundo está en un proceso de internacionalización”, ya que “es común que una persona nazca en un país y trabaje en otro”. “Es la realidad del mundo, y ante esa realidad queremos un desarrollo con justicia social y derechos laborales y sociales”, agregó.
No todo es color de rosas
La Inspección General del Trabajo y de la Seguridad Social detectó en mayo de este año a dos empresas constructoras que tenían obras en las calles Maldonado y Durazno, en Montevideo, y que empleaban a seis ciudadanos colombianos que trabajaban de forma irregular, sin permiso de trabajo ni afiliación al BPS. Según publicó la diaria, el inspector general del Trabajo y de la Seguridad Social, Gerardo Rey, informó que se multó a las empresas que cometieron las irregularidades. Consultado por la diaria al respecto, Murro sostuvo que “los trabajadores estaban en absoluta desprotección, y actuamos como hay que actuar”.
Otro caso de explotación de migrantes fue el de las trabajadoras domésticas bolivianas que estaban empleadas en una casa de Carrasco. En agosto de 2012, la ONG Cotidiano Mujer denunció la situación y el MTSS inspeccionó la casa con apoyo policial. Las mujeres dejaron de trabajar en ese sitio, y la ONG llevó a cabo un seguimiento. Con respecto a estos casos el ministro concluyó: “Vamos a seguir trabajando, sea por medio de denuncias o de investigaciones del propio ministerio”.