El aumento del desempleo en 9% en marzo no pasó desapercibido para la Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Uruguay (CNCS). En su informe de coyuntura de mayo, la cámara dejó en claro algunas de las que entiende que pueden ser las potenciales causas de la suba de este índice.
“Mientras los niveles de empleo continúan deteriorándose, los salarios reales se recuperan impulsados por las menores presiones inflacionarias, por lo cual el crecimiento en el nivel del salario real puede no estar favoreciendo a que el mayor dinamismo económico se refleje en mejoras en términos de empleo, sino por el contrario se produce una destrucción de puestos de trabajo, es decir aumento del desempleo”, sostiene el informe.
En las conclusiones, la CNCS asegura, además, que si bien comienzan a aparecer en los primeros meses del año “mejoras a nivel de determinados sectores de actividad”, los “principales desequilibrios macroeconómicos permanecen sin resolverse”. Además, se asegura que el “resurgimiento” de una nueva crisis política en Brasil “hace aun más débil e incierta la recuperación económica de los principales socios regionales de Uruguay para el presente año”, y tendrá un efecto “determinante” en los niveles de crecimiento del país en los próximos años. A pesar de esta situación, “la economía local mostró a fines de 2016 indicios más claros respecto a la culminación del período de estancamiento, con lo cual para el año que corre esta retomaría el sendero de crecimiento económico”, por lo que “es esperable alcanzar en el cierre del año 2017 una tasa de crecimiento del PIB [Producto Interno Bruto] en el entorno del 2%”.
La CNCS señala, no obstante que “es necesario trabajar en transformaciones internas, decisiones de política determinantes para desarrollar las capacidades de crecimiento del país en el largo plazo”. Entre ellas, la “búsqueda y concreción de nuevos acuerdos comerciales que brinden mayores mercados de colocación para los bienes y servicios producidos a nivel local; mejora en la calidad de la educación; mejora de las cuentas públicas (reducción del déficit fiscal, control de gasto, eficiencia del gasto, tarifas públicas, endeudamiento del sector público, inversión en infraestructura); procesos de producción más eficientes que impliquen incorporación de nuevas tecnologías”.
No conforme con eso, la CNCS denuncia además que las empresas privadas “no pueden desarrollarse eficientemente y de forma sostenible en el tiempo, con un estado asfixiante que les traslade a través de la carga tributaria y tarifas públicas su propia ineficiencia”.
“La inacción por parte de las autoridades en temas relevantes para el país (mencionados anteriormente), se transformarán en una verdadera barrera de crecimiento para la economía en el mediano y largo plazo”, culmina el informe.
Lo mismo de siempre
En contraposición con la visión de la CNCS, el presidente del PIT- CNT, Fernando Pereira, dijo que esta relación entre salario real y desempleo “la vienen haciendo desde 2004, cuando el desempleo ha caído mucho desde esa fecha, hasta este año”. El dirigente sindical dijo que el salario real creció 56% en los últimos diez años, mientras que el desempleo bajó a mínimos “que nunca se habían visto en Uruguay”. “Los niveles de desempleo casi siempre están en relación con los niveles económicos del país, pero no van al mismo ritmo: si el PIB creció 2%, a esa velocidad no se generan los puestos de trabajo, porque se precisan otros tiempos y ritmos”, sostuvo.
Pereira también informó que el jueves se reunirá el Consejo Superior Tripartito para analizar este tema y determinar cuáles son los sectores más afectados por el desempleo. Para el dirigente sindical, la principal causa del desempleo es la “desaceleración económica”, así como “esa sensación que tuvo Uruguay de que llegaba para quedarse, con suspensiones de obras públicas y discursos desalentadores de algunas autoridades y empresarios que creo que desestimularon determinadas inversiones”. Sin embargo, afirmó que la situación ha mejorado, dado que hay estabilidad económica y se logró controlar la inflación.
“El tema hay que tomarlo con rigurosidad, y no tomar el empleo como una variable para discutir el salario. Cuando todavía hay menos de 370.000 trabajadores que cobran menos de 15.000 pesos líquidos, no me parece que sea la variable más importante”, remató.