Después de las declaraciones del rector de la Universidad de la República, Roberto Markarian, en entrevista con la diaria sobre el proceso para llenar la vacante que dejó la renuncia de Hugo Rodríguez al prorrectorado de Extensión y Actividades en el Medio, la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) rechazó en una nota algunos de sus comentarios.

Por un lado, la federación cuestionó “el rol meramente colaborativo a su cargo que el Rector atribuye a los Pro-Rectores, desconociendo la importancia de la participación de los órdenes en las respectivas comisiones que estos tienen a su cargo, aspecto que se ha evidenciado fundamentalmente en el funcionamiento de la Comisión Sectorial de Extensión y Actividades en el Medio”. Este ámbito, señaló la organización, “ha funcionado escuetamente a fin de silenciar las voces de quienes hemos sido contrarios al proceso de desmantelamiento de la Extensión Universitaria que este rectorado ha llevado adelante”.

La FEUU asegura en la nota que su intención no es “imponer un candidato a Pro-Rector ‘que le discuta todo’ a Markarian”. “Queremos un Pro-Rector que haga sesionar los espacios de diálogo, que garantice el debate entre los actores involucrados, tanto del cogobierno universitario como de la sociedad civil organizada, que se respete a los órdenes y sus diversos planteos tanto cuando estos coinciden con la línea política del Rector como cuando no”, agrega la organización.

En la entrevista con la diaria, Markarian afirmó que no aceptará trabajar con un prorrector que no sea colaborador suyo. “No tiene sentido que alguien piense que se puede trabajar bien en condiciones en las que los que colaboran con el rector podrían no ser afines a él y que le discutan todo”, afirmó. Una comisión delegada del Consejo Directivo Central de la Universidad de la República analizó el tema, pero allí no se llegó a un acuerdo.

La FEUU rechazó al candidato propuesto por Markarian para el prorrectorado, el psicólogo Alejandro Maiche, y en cambio propuso otro, el asistente social Alejandro Casas. El orden de egresados tampoco respaldó a Maiche, y ahora la elección del prorrector está en las manos de la Asamblea General del Claustro (AGC).

Pero Markarian se reunió con Casas. “Me he convencido de que esa persona no debería integrar el equipo del rector, y se lo he manifestado a él personalmente”, afirmó el rector en la entrevista, y adelantó que en las próximas semanas, antes de convocar a la AGC, buscará llegar a “un candidato de consenso”.

Analía Ruggeri, integrante de la Mesa Ejecutiva de la FEUU, explicó a la diaria que la candidatura de Casas ya tiene el apoyo de varias salas de egresados del área social, así como de las asociaciones de docentes de la Facultad de Psicología y la de Ciencias Sociales. A su entender, “la construcción de un consenso ahora, en torno a un nombre alternativo que pueda proponer Markarian, está bastante minada”, porque “esa instancia ya pasó”. “Con un nombre sobre la mesa, la Federación ya asumió un compromiso con Alejandro Casas”, aseguró. Ruggeri contó que, antes de rechazar la candidatura de Maiche y proponer la de Casas, la FEUU le sugirió a Markarian buscar otro candidato de consenso, ante lo que el rector respondió “que acuerdo no era consenso” y “que iba a asumir que tenía los votos en la comisión para llevar el nombre que él quería a la AGC”.

En relación a la negativa de la FEUU a Maiche, la estudiante argumentó que la reestructura llevada adelante por Markarian y Rodríguez “hizo que la situación en la interna del Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio sea complicada, tensa; hay posturas muy contrapuestas, y es una situación en la cual es complejo trabajar. Evidentemente el nombre de Maiche era sumar más polémica a esa situación ya de por sí tensa”.

A su vez, sobre la negativa de Markarian a trabajar con Casas, Ruggeri opinó que el candidato de la FEUU podría integrar el equipo del rector. “Es una cuestión de madurez política trabajar con actores que tengan una visión contrapuesta”, aseguró, y resaltó que la candidatura de Casas “no se propone en un sentido de oposición a los lineamientos actuales de extensión”, sino que este “comprende que hay aspectos resueltos y que la reestructura ya es un hecho, pero propone poder tender puentes y generar acuerdos en los que se pueda trabajar”.