El primero de los diálogos iniciados por el Ministerio de Salud (MS) a diez años del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) fue sobre recursos humanos y se desarrolló ayer. Participaron integrantes de diferentes ministerios, de la academia, representantes de gremios de trabajadores médicos y no médicos, asociaciones de jubilados y de usuarios. La discusión partió de un documento elaborado por el MS que tiene datos muy interesantes.

Profesionales de la salud registrados en el MSP - Marzo 2017
Médicos 16.268
Licenciados en enfermería 6.176
Auxiliares de enfermería 23.606
Licenciados en nutrición 1913
Licenciados en psicología 7.837
Obstetras parteras 619
Odontólogos 4.208
Otros profesionales de la salud 6.719
Fuente: Elaboración propia en base a datos del SHARPS

En Uruguay, la cantidad de médicos y odontólogos cada 10.000 habitantes supera ampliamente los promedios mundiales, incluso los europeos: hay 47,7 médicos por cada 10.000 habitantes (en Europa hay 32,3) y 14,5 odontólogos (contra 5,6 en el viejo continente). Pero esa buena dotación se cae al analizar lo que ocurre con el número de enfermeras y parteras: en Uruguay hay 18,8 cada 10.000 habitantes, mientras que en Europa hay 41,7. Esas últimas profesiones son claves en los funcionamientos de los sistemas y de los equipos de salud, y en Uruguay preocupa la baja proporción, que es inversamente proporcional al predominio médico. Preocupa, además, la baja cantidad de licenciados en enfermería. El documento reconoce que los esfuerzos de la Universidad de la República en los últimos años permitieron duplicar el número de profesionales en enfermería entre 2005 y 2015 pero, aun así, señala que sigue siendo insuficiente para cubrir el segundo y tercer nivel de atención, y que condiciona el avance de los cambios en el modelo de atención, que busca potenciar la atención de primer nivel. Otra debilidad es la mala distribución territorial de los profesionales: según datos de 2016 del Instituto Nacional de Estadística (INE), “la densidad de médicos cada 10.000 habitantes de Montevideo triplica la del interior y en el caso de enfermería la duplica”.

La fuerza de trabajo “está fuertemente feminizada”: 74% son mujeres; el único empleo que se acerca más a la paridad es el trabajo médico, donde las mujeres conforman 56%. En total, el sector salud emplea a 110.000, lo que equivale a 6,7% del empleo total (según datos del INE), y la precariedad laboral no es un problema mayor: está en esa situación 4,1%, valor que en el conjunto de los trabajadores está en 14% (en esto se considera cobertura de seguridad social, licencia paga, compensación y pago de horas extras). Uno de los principales problemas del sector es el multiempleo, que es mayor en términos relativos; los que tienen más empleos son los médicos: 25% tiene un trabajo, 40% dos y 35% tiene más de dos. Dos tercios del resto de trabajadores tienen un solo trabajo.

Por otra parte, el MS halló que “si bien la gran mayoría de los médicos tiene una especialización (52% de los médicos registraron algún título de la Escuela de Graduados), la cantidad de especialistas no siempre responde a las necesidades sanitarias de la población”. Del total de especialistas médicos, 19,4% tiene una especialidad básica (pediatría, medicina familiar y comunitaria y medicina rural), 58,8% una especialidad médica y 21,8% una especialidad anestésico-quirúrgica. El documento señala que la escasez puede darse por dos vías: por el cupo de residencias médicas o por “las señales que da el mercado de trabajo en términos de incentivos salariales o no salariales (como puede ser el ‘prestigio’)”.

En cuanto a las remuneraciones, el MS destacó que luego de la pérdida de poder adquisitivo provocado por la crisis de 2002, durante los primeros años de la reforma de la salud el eje principal se centró en recuperar el salario perdido. En los últimos diez años los salarios reales en el sector privado aumentaron 32%. Los salarios de la Administración de los Servicios de Salud del Estado eran realmente bajos en 2008 y también tuvieron una importante recuperación que, según el caso, a 2016 había crecido entre 22% (auxiliares de enfermería) y 139% (licenciados en enfermería).

Evaluar el rumbo

En la apertura del taller, el ministro de Salud, Jorge Basso, adelantó que no se espera un acuerdo total, pero se comprometió a escuchar todas las posiciones, a sistematizarlas y, con todos los insumos, evaluar si se está “en la dirección correcta” o si hay que hacer rectificaciones. Para discutir, el MS creó tres grupos -organización del trabajo, planificación de recursos humanos en salud y evaluación de políticas en recursos humanos en salud-, que discutieron a lo largo de cinco horas.

En diálogo con la diaria, Eolo Mendoza, integrante de la Federación Uruguaya de la Salud (FUS), destacó que hubo un “buen clima de intercambio”. La FUS presentó un documento con propuestas para lograr “una mejora sustantiva en las condiciones de trabajo, un incremento significativo de los salarios, y capacitación y formación continua de todos los trabajadores no médicos”, dijo, y los trabajadores hicieron hincapié en mejorar la dotación en enfermería.

Gustavo Grecco, del Sindicato Médico del Uruguay (SMU) destacó que “urge” que se implementen políticas para captar recursos humanos, y mencionó el bajo número de profesionales en enfermería. Comentó los planteos “históricos” del SMU: la mejora salarial, potenciar la alta dedicación y mejorar la dotación y distribución de recursos humanos, algo que puede lograrse con la creación de centros de referencia, un tema que se está discutiendo en el Parlamento, a propuesta del MS. Evaluó que “falta muchísimo” para mejorar la calidad asistencial y que es “imperioso” avanzar.