Unos cuernos de ciervo rodean los clásicos círculos de tiro al blanco, y una escopeta termina de adornar la imagen. Son tres símbolos que de forma metonímica refieren a actividades concretas. Se trata del símbolo de la novel Unión Nacional de Coleccionistas, Cazadores y Tiradores (Unaccyt), fundada hace tres meses. Su presidente, Raúl Urrestarazú, contó a la diaria que la institución surgió “a raíz de los sucesos de las nuevas reglamentaciones, y el objetivo es juntarnos todos los que estamos de una forma u otra en el tema de las armas”. La Unaccyt tiene su base administrativa en Montevideo, pero de a poco funda regionales en todos los departamentos del país; la semana pasada le tocó a Paysandú y la próxima será el turno de Soriano.

Urrestarazú informó a la diaria que la institución ya cuenta con la adhesión de 90% de las armerías, clubes de tiro e importadores, y en la actualidad tiene más de 600 socios. “Venimos creciendo muy bien. La idea es que todos los interesados en este tema tengamos un solo interlocutor válido y que estemos unidos para pelear por un bien común”, indicó.

En este momento la Unaccyt aúna esfuerzos para tratar de solucionar algunos “problemas de cumplimiento administrativo” del Decreto 377/016, de diciembre de 2016, que reglamenta la Ley 17.247, de 2014, sobre tenencia, porte, comercialización y tráfico de armas de fuego, municiones, explosivos y otros materiales relacionados. Urrestarazú prefiere no especificar cuáles son esos “problemas”, porque están “negociando” al respecto con los ministerios de Defensa Nacional y del Interior (MI), y acotó que tienen “muy buena receptividad”, “sobre todo” en el MI. Sin embargo, fuentes de ese ministerio dijeron a la diaria que “no hay negociación alguna que sepan las autoridades de la cartera”.

Por su parte, Urrestarazú indicó que en la reglamentación “hay problemas de cumplimientos de algunos artículos que, tal como están redactados, son imposibles de cumplir en el plazo que estipula el decreto”. “El vencimiento sería el 5 de diciembre de este año. Estamos tratando de modificar eso, así como algunos otros artículos que se basan en la comercialización o no de determinados tipos de armas”, agregó.

El decreto prohíbe “la importación, adquisición y tenencia por parte de civiles” de varios tipos de armas, “cualquiera sea su marca o calibre”, como “escopetas de accionamiento automático”, armas “largas tipo rifles o fusiles automáticos y semiautomáticos”, “subfusiles de accionamiento automático, semiautomático o en ráfaga”, “pistolas ametralladoras de accionamiento automático o en ráfaga”, etcétera. Además, a los coleccionistas se les prohíbe “la adquisición de armas no permitidas para uso de civiles”. El decreto señala que los coleccionistas que tengan armas que se encuentran prohibidas a partir de la entrada en vigor del reglamento “podrán permanecer en la colección con la correspondiente autorización, siempre que estén desactivadas, esto es que no puedan efectuar ni un solo disparo, debiendo retirarse el sistema de percusión”.

Urrestarazú señaló que el objetivo principal de la institución que preside es “que la gente tenga las cosas en regla”, y que eso es lo que pregona para todos sus socios “y para todo el mundo”. Además, aclaró que le parece que el control de las autoridades está bien, pero que “hay aspectos administrativos en la reglamentación que trancan mucho a las personas para poder tener sus cosas en regla”. “Son complicadas administrativamente hablando, no en el concepto final, y es lo que estamos tratando de arreglar”, indicó.

Por otra parte, señaló que muchas veces “el uruguayo no entiende” la caza deportiva, “pero simplemente hay que ver el mundo”, ya que “en muchos países la actividad cinegética [el arte de la caza], si está bien controlada y los controles de fauna funcionan, hasta es un negocio muy importante”. Sobre la cuestión ética de matar animales por deporte, que suele estar en el tapete, Urrestarazú expresó: “No critico a los que no están de acuerdo, pero es un tema filosófico que en realidad no viene al caso”.