Bajo la convocatoria “Tocan a una, tocan a todas”, la Coordinadora de Feminismos Uy volvió a convocar ayer a una marcha en Montevideo por el décimo femicidio en lo que va del año. El disparador de la “alerta feminista” fue el caso de Silvia González, de 43 años, que el viernes 28 fue asesinada a puñaladas por su ex pareja, delante de su hija de nueve años, según consignó esta organización. La familia vivía en Tacuarembó y él se suicidó después de matarla. De acuerdo con lo que dijo a Telenoche el jefe de Policía de Tacuarembó, Sergio Solé, la víctima había denunciado a su ex esposo por violencia de género en 2015, cuando se separaron.

Las mujeres marcharon cantando, hartas -como decían varias remeras- de la violencia machista. Varios varones acompañaron la movilización, que se desplazó desde la plaza Libertad hasta la plaza de los Treinta y Tres Orientales. En el punto de llegada, las organizadoras nombraron una por una a las diez mujeres asesinadas en lo que va del año. Ellas, las víctimas, tenían entre 17 y 73 años, pero la mayoría eran jóvenes; residían en diferentes puntos del país. Ellos, los victimarios, eran ex novios, ex parejas y parejas. En dos de los casos aún no se ha dado con el homicida, y en uno de esos casos la mujer mostraba signos de abuso sexual. Las asesinaron, básicamente, por no ser más sus parejas, sostuvieron.

“Estamos juntas, otra vez salimos a la calle, porque asesinaron a otra mujer. Porque hay una menos de nosotras. Porque estas muertes no son accidentales, no son incidentes aislados, ni un caso policial, ni una nota periodística. Estas muertes de mujeres son el producto de una violencia estructural, patriarcal y capitalista, que todos los días nos violenta de múltiples maneras y que en todos lados, todos los días, nos mata”, decía la proclama que leyeron ayer, colectivamente, como una plegaria.