La principal innovación en la previa de las elecciones de la Asociación de Bancarios del Uruguay (AEBU) de la semana pasada, la alianza entre la lista 575 y otras agrupaciones que dio lugar a la “lista RUT” (319575810999), denominada así por el número, semejante a un número del Registro Único Tributario, logró convertirse en la sorpresa de la votación y se quedó con la presidencia del Consejo del sector financiero oficial del sindicato.

Si bien el otrora oficialismo no perdió bancas en el sector público (la lista 98 mantuvo sus cuatro representantes), esta nueva alianza, denominada “Coordinación para el cambio”, fue la más votada y alcanzó también cuatro escaños en su Consejo Directivo, duplicando su representación respecto de la elección anterior. En tanto, la lista 17 (Partido Comunista y aliados) también mantuvo sus dos representantes, mientras que el lugar restante se lo quedó la 1955.

A diferencia de lo que ocurrió en la banca oficial, en el resto de los sectores no hubo mayores novedades. La lista 98, afín a la corriente sindical Articulación, retuvo la presidencia del Consejo Central y continuará siendo mayoría allí, ya que consiguió seis representantes. En la banca privada la 98 volvió a ganar de forma holgada, y, aunque perdió un lugar, obtuvo ocho de los 11 integrantes del Consejo.

la diaria mantuvo una breve conversación con el nuevo presidente del Consejo Financiero Oficial, Matías Arbizu, en el que destacó la importancia de una actuación coordinada con la Mesa Sindical Coordinadora de Entes, sostuvo que la pasada conducción del sector público del sindicato actuó como “colchón” del gobierno y aseguró que apostará al “diálogo”

–¿A qué creés que se debió la victoria en la banca oficial de la lista que integrás?

-Hay varias cosas. La coordinación que se generó con cuatro agrupaciones en tres bancos generó cierta expectativa y entusiasmo de que la unificación de estas agrupaciones podía alcanzar la presidencia de la organización. Por otro lado había situaciones que se venían dando dentro de toda la banca oficial, como la creciente avanzada en las privatizaciones, particularmente en el Banco República, la pérdida de puestos de trabajo, la firma del convenio colectivo, y la resolución del cierre parcial de dependencias del interior del país e incluso en Montevideo, que influyeron en el resultado de la elección. Además, nuestro planteo de independencia política, que venimos repitiendo hace un buen tiempo, los compañeros lo tienen claramente identificado. Pero ante las privatizaciones, el cierre de dependencias, la falta de personal, la inclusión financiera y la precarización laboral, el sindicato funcionó como colchón para el gobierno.

–¿Cuáles son las prioridades que va a tener la banca oficial en este momento, y cómo se van a atender?

-Primero, la recuperación del sindicato en cuanto a la participación y a la resolución colectiva de decisiones. El llamado a las juntas de delegados y a las asambleas de base, para que los compañeros traigan posiciones a discutir en el sindicato, es básico. Es la única forma de reconstruir un sindicato que está muy cascoteado y viene desde hace unos cuantos años con resoluciones que se toman únicamente dentro de la cúpula de la dirigencia sindical, en las que no se toma en consideración lo que los compañeros piensan. Respecto de las reivindicaciones: la precarización laboral, las privatizaciones, el cierre de dependencias y las condiciones de trabajo son cuestiones fundamentales que tenemos que atacar. Pero hay otras situaciones que también tenemos que atender en los bancos oficiales, como el tema de la clínica médica del Banco Hipotecario del Uruguay y la Agencia Nacional de Vivienda, que tiene un planteo similar a la clínica médica de ANCAP, y que tenemos que abordar en conjunto con esos trabajadores. Para esto y para otros temas, la participación en la Mesa Nacional Coordinadora de Entes es fundamental. Y si bien formamos parte de la Mesa, la participación de AEBU en esta hasta ahora ha sido bastante mala, considerando que no hemos tenido un solo informe de lo que pasa allí, cuando sabemos que hay planteos que nos unifican a todos los trabajadores estatales, como la precarización, las privatizaciones y la pérdida de puestos de trabajo, que están instalados en todos los entes del Estado y que tienen que ser discutidos allí. La forma de hacer frente a todo esto es unificando todas estas discusiones y llevando una lucha en común entre todos los trabajadores afectados.

–¿Cómo van a hacer para llevar adelante estas propuestas sin la mayoría del consejo?

-Ayer mantuvimos conversaciones con algunos compañeros en particular y vamos a seguir profundizando este diálogo en los próximos días. Estamos intentando tender puentes con los compañeros de todas las listas. Evidentemente hay posiciones políticas con las que tenemos grandes diferencias y no vamos a poder solucionar entre nosotros, pero por lo menos vamos a buscar llegar a mínimos acuerdos en la convocatoria de los compañeros a discutir. Mediante las discusiones, tanto en las juntas de delegados como en las asambleas, vamos a tratar de llevar adelante los planteos.

–Tu lista, la 575, se alió a otra, la 319810999, que nunca votó un convenio en años. ¿Es posible construir desde ahí?

-Lo fundamental no es firmar un convenio colectivo, sino defender un convenio que ya está firmado. Si firmamos un convenio y vemos que hay una, dos, cinco, diez o 15 violaciones al convenio y miramos para el costado, en definitiva lo que estamos haciendo es permitir que el gobierno haga lo que quiera, aún con el convenio firmado. Para firmar un convenio colectivo, este tiene que servirle a los trabajadores. Ahora, si significa pérdida de conquistas históricas o aumento de la jornada laboral para determinado grupo de compañeros, como fue el último, no lo podemos firmar. Pero cuando los compañeros resuelven finalmente firmar un convenio, tenemos que defenderlo todos y empezar a trabajar para mejorar el próximo.