El funcionario de Nacional que el martes 23 ingresó al Parque Central una bandera robada a la hinchada de Peñarol aseguró ante la Justicia que la barra brava tricolor llegó a tener 33 banderas que en un momento se guardaron en la sede de la institución. El encargado de seguridad de Nacional, Víctor Della Valle, desmintió tajantemente esta acusación y aludió al hecho de que esta persona tiene “fuertes vínculos con el delito”. “No se le puede creer a este funcionario, porque tiene antecedentes penales. Alguno podrá decir que se podría haber recuperado, pero no hay que olvidar que era integrante de la seguridad de Nacional. O sea que claramente seguía por el camino delictivo. El día que confiemos en la palabra de un integrante de la comisión de seguridad de un club grande, estamos en el horno”, sostuvo.

La costumbre de Nacional y Peñarol de contratar personas con antecedentes penales frecuentemente recibe críticas, pero ayer ocurrió lo opuesto. El Patronato de Encarcelados y Liberados anunció que brindará un reconocimiento a los dos grandes por ser los principales empleadores de ex presidiarios.

“Mientras que la inmensa mayoría de las empresas hace lugar a los prejuicios de la sociedad y se niega a contratar a criminales que estuvieron en conflicto con la ley pero ya pagaron su deuda, estos dos clubes no sólo contratan ex reclusos, sino que además los buscan especialmente. Son los principales empleadores de personas que han salido de prisión, y eso merece un reconocimiento”, asegura un comunicado del Patronato.

Muchos dirigentes de otros clubes creen que la política de reclutar personas con antecedentes penales para integrar las comisiones de seguridad “es peligrosa”, pero, por otro lado, afirman: “Si los clubes no tuviesen en sus filas personas con vínculos con el crimen, no sólo se quedarían sin comisiones de seguridad, también se quedarían sin dirigentes. Y si extendemos esto a todas las personas del mundo del fútbol, tampoco habría contratistas. Hay que ser realistas”.