Damián, de 19 años, está preso en la cárcel de Durazno desde el viernes, por tener plantas de cannabis, aunque está registrado como cultivador, según denunció a la diaria la madre del joven, que prefirió no ser identificada. La mujer dijo que el jueves 27 de abril la Policía llegó de mañana temprano a su casa, “presentaron un papel que supuestamente era una orden. Mi esposo agarró el papel y cerró la puerta para vestirse. Empezaron a tirar la puerta abajo y se quisieron meter por el pasillo, pero los perros los corrieron”.
Como la puerta es antigua y grande, no la pudieron derribar, entonces, los dejaron entrar. Según la mujer, eran unos ocho policías, algunos de la Policía Científica, que “sacaron fotos, revisaron y dieron vuelta todo. Encontraron dos bollones con cogollos cortados, que no estaban bien secados”, dijo.
El abogado del joven, Patricio de la Cámara, confirmó a la diaria que se le intenta imputar “tenencia no para su consumo”, y que tenía la cosecha de las seis plantas para las que estaba habilitado por el Instituto de Regulación y Control del Cannabis Ircca, según la famosa ley que regula la marihuana (19.172). El texto dice que el producto de la recolección de la plantación debe tener hasta un máximo de 480 gramos anuales. A Damián le incautaron cerca de un kilo pero que todavía no estaba seco, es decir, que no estaba pronto para consumir. El abogado subrayó que se contactó con un ingeniero agrónomo que ya hizo un informe en el que establece que después del secado del cogollo (la flor), “por evaporación y otros fenómenos químicos pierde aproximadamente 70% del peso, o sea que realmente va a quedar 30%, que estaría dentro de lo legal”, concluyó De la Cámara.
Para el abogado, el procesamiento del joven se dio por “falta de información”, y aseguró que ni él sabía que luego de la evaporación el producto iba a pesar menos. La confusión fue tal que, al principio, la jueza decía que lo incautado pesaba 11 kilos, porque habían pesado las plantas enteras, con ramas y troncos incluidos.
La madre de Damián afirmó que sabía que su hijo tenía plantas, ya que tuvo “muchas conversaciones con él desde que empezó a fumar”, y le dijo que si quería plantar tenía que registrarse. Al igual que el abogado, la mujer contó que los policías estaban confundidos sobre las plantas de cannabis: “Querían contar cada rama como si fuera una planta. Les dije que entonces habría 80 plantas. Y al de la Policía Científica le dije que se fije, que estaban los troncos al ras de la tierra. ‘Si cada planta va a ser así, mire los troncos lo que son’”. Damián estaba en ese momento y les explicó que estaba registrado. Su madre les mostró a los policías el comprobante que le dieron en el Correo cuando su hijo se registró, pero luego “desapareció”: “Fui a preguntar a la Policía y me dijeron que está en el juzgado, pero ahí tampoco encuentran el papel. No está en ningún lado”.
Hace dos años, el Ministerio del Interior (MI) publicó un “Protocolo de actuación policial sobre ley de marihuana y sus derivados”, en el que se explicita que la Ley 19.172 “establece que los registros de usuario o cultivador en el Ircca tienen carácter de dato sensible. El personal no podrá exigir el registro como usuario o cultivador. En el marco de un procedimiento, el juez o la jueza podrá solicitar al Ircca la información necesaria del registro”, y se agrega que el allanamiento a un hogar, y la incautación y/o destrucción de plantas de cannabis “sólo podrá realizarse por orden judicial”.
El abogado de Damián dijo que “aparentemente” los policías no entraron con una orden judicial sino con un papel que decía que era una “inspección ocular”. “Si fue así, el dueño de la casa autorizó porque no tenía nada que esconder”, señaló De la Cámara.
A su vez, el protocolo del MI dice que cuando se establezca la incautación de plantas de cannabis “deberán ser manipuladas con la debida diligencia como bienes frágiles, disponiéndose lo incautado en lugares adecuados para su conservación. De las actuaciones deberá labrarse acta en la que se consigne la cantidad de plantas de cannabis sin flor o con flor macho, la cantidad de plantas de cannabis con flor hembra, la altura y el ancho aproximados de cada planta y la cantidad de cannabis cosechado en gramos, sin pesar recipiente donde se encuentre”.
La madre del joven subrayó que él trabaja de día y estudia de noche, y es una persona “supercorrecta”, y agregó: “Tiene eso de que le gusta la marihuana, y quiere ser cultivador. A mí no me crece ni una planta, pero a él le crecieron de cuatro metros. ¿Qué nos íbamos a imaginar que una plantita chiquita iba a crecer cuatro metros? Yo le dije, ‘bueno, te voy a arrancar todo’, y me contestó ‘si me arrancás, me voy’, y yo no quiero que mi hijo se vaya”.
De la Cámara va a presentar -hoy, o a más tardar, mañana- un recurso de apelación informándole a la jueza el tema del peso del cogollo, y agregó que, además, el joven no tiene antecedentes penales, lo que para la ley significa un atenuante, o sea que “daba para procesarlo, en el peor de los casos, sin prisión”.
Tanto desde la Junta Nacional de Drogas como desde el Ircca se negaron a dar declaraciones sobre el tema. De todos modos, la diaria pudo saber que en ambas instituciones tienen conocimiento de la situación.
La madre de Damián fue a visitar a su hijo a la cárcel. Contó que “está mal” y agregó: “Está con gente que en realidad cometió delitos. ¿Qué necesidad de que esté aprendiendo cosas que no tiene que...? Porque se sabe que ninguna cárcel rehabilita. Si me dicen que lo internan en un lugar en el que se rehabilita y que no fuma más marihuana... Dicho sea de paso, él era asmático, y se le fue el asma cuando empezó a fumar”.