Para el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la República (Udelar), Rodrigo Arim, “planificar el Presupuesto cada año es una forma nefasta, en general, de concebir las políticas públicas, y en particular para la educación genera una estructura de incentivos que es absolutamente perversa”, aseguró el martes en un panel que debatió sobre el presupuesto para la educación pública, organizado por el centro de estudiantes de la facultad.

Según el decano, la técnica presupuestal presenta dos problemas “que son extremadamente graves, porque le agrega inconsistencia al elemento discursivo programático con el elemento fáctico de cómo se ejerce y se hace la política”.

El primero de ellos es que el gobierno anunció que iba a intentar llegar al 6% del Producto Interno Bruto (PIB) para la educación; en base a eso, se planificó a largo plazo y “está claro que eso no se va a cumplir”, afirmó Arim.

En segundo lugar, señaló que este diseño presupuestal “es consistente con un objetivo exclusivamente macroeconómico, pero genera un problema de ineficiencia básica porque está eliminando la posibilidad de planificar”.

“Hay un componente de soberbia en la forma en que está diseñado el Presupuesto, que entiende que es absolutamente innecesario planificar la educación, [tratándola] como si fuera un piloto automático”, aseveró Arim, y planteó que en este escenario la mejor estrategia para la Udelar “es extremadamente conservadora”.

También participó el economista Daniel Olesker, del Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT, quien planteó, entre otros temas, que la brecha para cumplir lo prometido por el gobierno asciende a unos 600.000.000 de dólares anuales.

El instituto observa cuatro caminos para obtener esa cifra. El primero sería un ajuste de los gastos sociales, algo que considera “una solución absolutamente irracional”. Un segundo camino podría ser “no bajar o bajar menos el déficit fiscal a 2,5%, o eliminar esta meta porque la situación no fue la apropiada”, aseguró.

Una tercera solución sería un rediseño de los impuestos. Olesker se refirió particularmente al Impuesto al Patrimonio y planteó los problemas que se deberían solucionar para aumentar la recaudación. Por último, el economista detalló un cuarto camino para salvar la brecha, “utilizando fondos diferentes a los flujos presupuestales” para eliminar problemas con las inversiones.

También habló una representante del Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas y de Administración, que reivindicó la plataforma de los estudiantes universitarios, que plantea la necesidad de aumentar el Presupuesto para enfrentar el problema de la masividad, garantizar el acceso gratuito a los cursos de posgrado e incentivar la investigación, entre otros puntos.