La Libreta de Embarque es el documento que habilita a los trabajadores marítimos a trabajar en un buque. Esté el trabajador a bordo o no, este documento permanece en manos del capitán. Cuando a un trabajador le devuelven la libreta, queda desafectado del barco. A esto, en la jerga marítima, se le llama “ser bajado”.

La situación generada el 21 de abril, cuando los ocho delegados que tiene el Sindicato Único de Trabajadores del Mar y Afines (Suntma) en el buque Silvia Ana fueron “bajados”, parecía haberse encaminado. Una semana después, en la Dirección Nacional de Trabajo, los trabajadores firmaron un acuerdo con la empresa Buquebus, por el que aceptaron trabajar en régimen 1x1 y pernoctar en Buenos Aires. El Suntma tenía otro acuerdo con la empresa, según el cual trabajan un día y descansan otro (1x1), pero duermen en Uruguay, y accedieron al cambio para mantener las fuentes de trabajo.

Sin embargo, “la empresa sigue incumpliendo con las cláusulas del convenio”, dijo Gastón Cedrés, delegado del Silvia Ana. “Están mandando gente de Colonia a trabajar a Montevideo, que sale a las 6.00, llega a Tres Cruces y se tiene que pagar un taxi hasta el puerto, de donde sale a las 10.00 para Buenos Aires, y recién regresa al día siguiente a las 15.00 a Montevideo, se paga el taxi del puerto a Tres Cruces, vuelve a Colonia y, al otro día, vuelve a salir a las 6.00, y así”, denunció Cedrés. Esto viola el artículo 3º del convenio colectivo vigente desde 2015, que establece que se debe respetar “siempre la coincidencia del lugar de residencia del tripulante con el puerto de salida”. “También violan el artículo 7º, que dice que los horarios de embarque tienen que comunicarse, para conocimiento del personal, mediante carteleras colocadas en el buque con no menos de 48 horas de anticipación, y, sin embargo, te mandan mensaje un rato antes por whatsapp”, dijo Magdalena Colo, también delegada del Silvia Ana. Los trabajadores denunciaron ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que la empresa “no provee cobertura médica adecuada en Buenos Aires” y que por esa razón “una compañera que tuvo un problema de salud allá quedó tirada tres horas, hasta que la empresa resolvió embarcarla y traerla a Colonia para que la atendieran; y esta no es la primera vez que pasa”. “Además, hay una persecución sistemática al Suntma: a una compañera que se afilió hace dos meses no la volvieron a embarcar”, agregó Cedrés. Por estos y otros problemas los trabajadores de Buquebus afiliados al Suntma (la mayoría están afiliados a la UTT, Unión de Trabajadores del Transporte, al que los miembros del Suntma califican de “amarillo”) resolvieron “trabajar a reglamento”, por lo que darán “cumplimiento estricto a las obligaciones asumidas, quitando cualquier colaboración adicional a la empresa y volviendo a pernoctar en Uruguay”. En respuesta a estas medidas sindicales, el miércoles la empresa envió a los trabajadores que adhirieron a la medida en el Silvia Ana una carta con el membrete de Buquebus, pero sin firma alguna, mediante la cual se les notifica “la suspensión preventiva y la apertura de un sumario”. “A medida que vamos embarcando y acatando las medidas, nos van ‘bajando’, tanto del Silvia Ana como del buque Francisco; hasta ahora somos seis”, contó Colo, una de las primeras suspendidas. “Yo embarco el domingo, y ahí me va a tocar a mí y a otro compañero”, agregó Cedrés.

Ambos sindicalistas coincidieron en que “todo esto es para cansar a la gente”, y dicen que “toman medidas arbitrarias por la falta de costumbre y el desconocimiento total de lo que significa negociar con un sindicato de rama, porque toda la vida hubo sindicato amarillo y están acostumbrados a trabajar con el amarillismo”. Agregaron que, cuando el miércoles 5 se reúna el Consejo de Salarios de su sector, tendrán que “tener muy en cuenta que otra vez la empresa va a estar ejerciendo una presión absoluta sobre los trabajadores que están desembarcados, libreta en mano y suspendidos preventivamente”.

Ante este escenario, “si no hay solución tomaremos medidas de lucha”, advirtieron.

A los trabajadores de Buquebus les corresponden, por rama de actividad, distintos sindicatos. Integran el Suntma los que trabajan embarcados, mientras que quienes trabajan en los ómnibus se nuclean en la Unión Nacional de Obreros y Trabajadores del Transporte, y aquellos que lo hacen en el puerto, como los cajeros y los que hacen los check-in, integran el Sindicato Único Portuario y Ramas Afines (SUPRA).

“Con todos ellos estamos en contacto permanente”, dijo Cedrés, quien agregó que “en caso de tomar medidas, lo haremos en conjunto”, por lo que “apelamos a la buena voluntad de la empresa, teniendo en cuenta que se vienen las vacaciones de julio y no nos gustaría molestar a los trabajadores uruguayos, que juntan peso sobre peso para poder viajar, teniendo que parar todas las frecuencias”. Pero si se llegase a esto, advirtieron, la responsabilidad es “del poder que tiene esta empresa y la impunidad total con la que se maneja gracias a ello”.