Hace diez días, varios países árabes rompieron relaciones diplomáticas con Catar, país al que acusan de financiar al terrorismo islámico. El gobierno catarí es criticado desde hace tiempo por apoyar a grupos como Estado Islámico, algo que fue varias veces reconocido extraoficialmente por funcionarios diplomáticos de Doha. “Es lamentable, pero sí, lo hacemos. El problema es que un país no empieza a hacer estas cosas de la nada. En nuestro caso, el primer paso fue sobornar a los funcionarios de la FIFA para que nos adjudicaran el Mundial de 2022. A partir de eso ya no hubo límites a la hora de entregar dinero a organizaciones lideradas por seres humanos execrables”, aseguró una fuente de la cancillería del país árabe.

Estados Unidos apoyó la decisión de los países que rompieron relaciones diplomáticas con Catar, ya que también ha sido muy crítico en esta materia. El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, aseguró: “La comunidad internacional no puede aceptar que un país financie grupos que asesinan salvajemente y a sangre fría a miles de personas inocentes. Exhortamos al gobierno de Catar a que abandone estas prácticas y, a partir de ahora, solamente mate civiles explotándolos en la construcción de estadios para ese campeonato de soccer que van a organizar”.

Las críticas de la administración de Donald Trump a Catar no impiden, sin embargo, que Estados Unidos venda armamento militar a las Fuerzas Armadas del país asiático: el Pentágono anunció ayer que concretó una venta de aviones de combate por valor de 12.000 millones de dólares. Tillerson aclaró que el objetivo de la operación no es “contribuir al clima de inestabilidad en la región, ni mucho menos lucrar con la guerra, sino hacer gastar a los cataríes la mayor cantidad de dinero posible para que no puedan financiar al terrorismo”. “Debemos convencer a Catar de que el armamento estadounidense cumple los mismos objetivos que el terrorismo, pero de manera más eficaz”, expresó.