Una cinta con los colores que identifican a la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros, transexuales e intersexuales (LGBTI) adornaba el sombrero gardeliano de un señor vestido de negro que contemplaba desde las barras la sala de sesiones de la Junta Departamental de Montevideo (JDM). También tenía un moño a tono, y cuando parecía que no le faltaba nada más, sacó un abanico con los colores para la ocasión. Era una de las tantas personas que asistieron ayer de tarde al homenaje que la JDM le brindó a la comunidad LGBTI por la conmemoración de los 25 años de la primera marcha vernácula en reivindicación de sus derechos.

Varios ediles recordaron que el 28 de junio se estableció como fecha para la marcha porque en esa fecha, en 1969, tras una redada policial que tuvo como objetivo el bar Stonewall Inn (Nueva York), de la comunidad LGBTI, se realizaron manifestaciones espontáneas que luego se transformaron en un acto de resistencia y lucha por sus derechos. “Éramos 15 personas, una cosa muy tímida. Ni siquiera llegó a ser una marcha, sólo una concentración en la plaza Libertad, con volanteada y una pancarta que decía ʻorgullo homosexualʼ. ¿La prensa? Sólo una foto en un diario, una o dos líneas. Pero fue un gran acto”. Así contaba en la prensa Fernando Frontán, activista por los derechos LGBTI, aquella primera marcha, según leía la edila frenteamplista Mariana Felártigas, la primera en tomar la palabra. Luego, la edila dijo que recién aquel 28 de junio de 1992 “pudimos ver un grupo de hombres y mujeres valientes que, en pleno invierno, se animaron a enfrentar sus propios miedos y salieron a la calle, a la plaza, al espacio público, ese lugar común que hoy no dudamos en afirmar que nos pertenece a todas y todos, pero que dista mucho de aquel país de 25 años atrás, donde el Ministerio del Interior aún practicaba razias y fichaje de personas LGTBI”.

Felártigas agregó que “ese grupo de valientes llevaba la dignidad como bandera” pero también “como escudo, porque estar bajo esa pancarta podía significar desde una paliza hasta la pérdida del trabajo, desde las miradas de reojo hasta los insultos más cobardes, desde conflictos familiares hasta quedar en la calle”. Destacó “la valentía de quienes se animaron a dejar descubierto el estigma de pertenecer a una comunidad discriminada y violentada por la sociedad y el Estado”, que “merece este pequeño pero simbólico homenaje, votado por unanimidad por todos los partidos y sectores que integran el Parlamento de Montevideo”.

Al final de su discurso, la edila acotó que el homenaje, “increíblemente, generó cuestionamientos” que,“sumados a recientes declaraciones de algún representante nacional [se refería al diputado blanco Álvaro Dastugue], que expresó sin medias tintas su intención de derribar los derechos conquistados, no hacen más que reafirmar la pertinencia y justicia de este acto de reconocimiento”.

Por otra parte, Roberto Gossi, edil del Partido de la Concertación, dijo que “nadie puede adjudicarse la exclusividad del mérito” de los logros que se han obtenido en los últimos años en materia de derechos de la comunidad LGTBI, porque atraviesan “a todas las ideologías y partidos”, ya que son un tema “de derechos humanos”. Además, señaló que no puede haber “retroceso posible” cuando una sociedad se pone como meta “el perfeccionamiento de sus logros”, y señaló que hay que tener en cuenta “que esta lucha, que hoy podemos decir que está siendo exitosa, en otros países le cuesta la vida a un montón de militantes”.

A su vez,Laura da Rosa, también edila del Partido de la Concertación, dijo que las leyes que significaron avances de reconocimiento en derechos de la comunidad LGTBI, “lamentablemente, no se acompañan en lo cotidiano”, ya que “muchos siguen siendo hipócritas, porque a la hora de compartir parte de la vida, ya sea en un trabajo, reunión o un cruce en la calle, aparece la discriminación”. Por eso “falta mucho trabajo por realizar”, señaló. Concluyó de esta manera su participación en el homenaje: “Sé quien eres y di lo que sientas, porque a aquellos a quienes les molesta no les importas, y a quienes les importas no les molesta”.

Al final, Fernando Frontán recordó a Gloria Meneses, “la primera mujer travesti de Uruguay, que iba a cobrar la jubilación desde 1969, vestida de mujer, y la llamaban como hombre”. “Gay es bueno, es orgullo, es libertad; esta frase fue la consigna que el Frente de Liberación Homosexual de Estados Unidos expresó luego del acontecimiento de Stonewall”, dijo, y luego agregó: “¿Saben cuál era nuestro sueño? No que los homosexuales pudiéramos casarnos o que tuviéramos más derechos, sino que [reconocieron que] somos uruguayos y uruguayas, y como vivimos aquí, también tenemos que gozar de los mismos privilegios que los demás ciudadanos”.