El doctor Rodolfo Almeida Pintos fue un profesional universitario uruguayo graduado de la Facultad de Medicina en 1927. La calle que lo homenajea descansa al sur del barrio Casavalle, cerca de Avenida de las Instrucciones y el arroyo Miguelete, por donde, ayer de tarde, una gatita llamada Lily nos recibió. Era la mascota de Eulogio Mora, presidente de la Comisión Vecinal de La Quinta, barrio que en setiembre fue desalojado de su antigua ubicación, un predio privado pegado a la fábrica de vidrio Vicry SA, por la calle Pantaleón Pérez, abrazado por los barrios Maroñas y La Cruz de Carrasco.

Una de las primeras en tomar una parte de lo que en aquel momento era un baldío –de cerca de una hectárea– en el que se tiraban los desechos de vidrio fue Stephanie Silveira, porque necesitaba un lugar para vivir y edificó allí, en noviembre de 2014. Al año empezó a sumarse más gente: su hermana, una vecina, y así. Luego se organizaron para armar la comisión del barrio y comprar el terreno, pero sus dueños –los mismos de la empresa Vicry– se negaron y solicitaron el desalojo por vía judicial.

Así las cosas, el grupo vecinal de La Quinta recurrió al Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA), que hace nueve meses los reubicó en el actual terreno de la calle Almeida Pintos, propiedad de la Intendencia de Montevideo (IM), de forma “provisional”, según contó Mora, y les dijeron que en el predio del costado iban a tener sus viviendas terminadas “en 17 meses”. Por eso los vecinos de La Quinta están “preocupados”, ya que en el terreno lindero todavía no hay signos de construcción alguna, sino más bien al revés: es un vertedero desorganizado de basura.

Lily nos acompaña mientras recorremos los recovecos que ofician de pasillos entre las casas en las que actualmente viven 33 familias; cerca de 100 personas, de las cuales 20 son niños. Las casas fueron hechas a pulmón entre los vecinos, con maderas y chapas. Silveira explicó que el MVOTMA no les permitió edificar con hormigón porque se suponía que las viviendas “oficiales” iban a estar prontas en esos –ya famosos, entre los vecinos– 17 meses, de los que ya pasaron nueve. Mora contó que hay un equipo técnico que “continuamente” está con ellos, representando a la IM y al MVOTMA, pero siempre les dicen que los proyectos “demoran”. Además, según Mora, desde esos organismos les subrayaron que “iban a licitar a empresas para que nos hicieran las viviendas, y que nosotros también acompañábamos trabajando, pero son todas promesas”.

“Acá estamos peor”, dijo Mora, cuando comparó el estado de las casas de La Quinta con su ubicación actual. “Empezando por la forma en que vivimos”, remató Silveira, y agregó que cuando estaban en la calle Pantaleón Pérez “había gente que tenía casas de material”. Parece mentira, pero el problema más grande con el que tienen que lidiar a diario los ex habitantes de La Quinta no es el material con el que están hechas las precarias casas, sino la falta de baños. El MVOTMA dispuso una serie de baños químicos por el predio, ya que, según Silveira, tampoco les permitieron construir baños adentro de las casas. A la hora de bañarse, las 33 familias disponen de cuatro duchas que fueron colocadas por el Plan Juntos, fabricadas con madera prensada y con sus respectivos calefones. “La situación que vivimos no es digna, porque si de última nos tienen años [en esta situación precaria], que por lo menos nos dejen tener un baño adentro de las casas, que es esencial para un familia, y más para los niños”, indicó Silveira.

Algunos vecinos se iban sumando a la charla mientras recorríamos el lugar. “No saben lo que es esto cuando llueve, un barrial horrible”, dijo una mujer llamada María –porque el terreno está en bajada–, que además subrayó lo “bravo” que es tener que salir de las casas para ir a los baños químicos. ”Estaría bueno que saquen fotos dentro de las casas, así se dan cuenta de la forma en que vivimos. La de nosotros tiene piso de tierra, no tenemos de madera”, dijo Marcelo, uno de los vecinos.

El barro que alfombra los angostos caminos que comunican las casas fue tapado por pedregullo, cuyo propósito original era construir seis baños con saneamiento afuera de las casas. Una maraña de caños de plástico de color blanco ubicados en uno de los pocos lugares en los que no hay recovecos denota que allí se iban a construir. “Nosotros queríamos baños individuales, e impusieron que teníamos que hacer esto: está así desde hace cuatro meses. Trabajaron un mes y se quedó quieto. Hay que terminarlo”, explicó Mora. A su vez, María dijo que si terminaran esos baños, estarían “en la misma”, ya que también tendrían que salir de sus casas para ir al baño. Además, según Mora, las autoridades les dijeron que cuando pasen para las viviendas definitivas tendrán “que sacar todo”: las casas y también los baños. “Y nosotros no estamos de acuerdo con hacer una cosa para volver a romperla, no tiene sentido”, subrayó.

Un gallo grande y fornido se destacaba entre las gallinas, en una especie de patio al costado de una casa. Picoteaban espumaplast al lado de un cementerio de caños y aparatos sanitarios que estaban destinados a terminar los baños compartibles. “Como no tenemos lugar para guardar [los aparatos sanitarios], los pusimos acá. Es propenso a que cualquiera venga y robe. Y si vienen, nadie se va a hacer responsable de encarar a una persona para que no toque nada”, indicó Mora.

María seguía conversando con nosotros. “No saben lo lindo que estaba todo cuando recién llegamos, pensando que íbamos a pasar para el otro terreno. Ahora la gente no quiere más nada, se cansó y se desanimó”.

“Si cercaran todo el terreno y empezaran a limpiar, estaríamos incentivados porque parecería que se va comenzar algo, pero nada. No hay propuestas ni te comunican nada, ni te dicen cómo se va armar”, subrayó Mora, quien pidió que esta nota se titulara “El barrio La Quinta todavía sigue en la lucha”.

La historia oficial

Cecilia Cairo es la coordinadora del Programa de Mejoramiento de Barrios del MVOTMA, y en contacto con la diaria dijo que el ministerio “nunca marcó tiempo” para la construcción de las viviendas. Aseguró que “ya está definido” qué empresa las va a construir, y se está “trabajando en eso”, pero “desgraciadamente” no puede dar información al respecto “hasta que no lo firme la ministra” Eneida de León. Agregó que “están todos apretados porque es provisorio”, y señaló que va a haber una asamblea con los vecinos el 2 de julio, donde “les van a informar todo”.