El intendente de Montevideo, Daniel Martínez, anunció ayer la baja de dos pesos en el costo del boleto para los usuarios de las tarjetas del Sistema de Transporte Metropolitano (STM), que será financiada gracias a un proceso de “racionalización” del servicio de transporte público. El cambio se implementará a partir del 1º de julio, informó el intendente.

“El boleto es el precio más visible de la economía del país”, dijo Pablo Inthamoussou, director de movilidad de la Intendencia de Montevideo (IM), como preámbulo al esperado anuncio de Martínez. Luego fue el intendente el encargado de dar la gran noticia. El mencionado proceso de “racionalización” del servicio permitirá “matar dos pájaros de un tiro”, dijo el jerarca: por un lado, “hacer una señal de costos del precio del boleto”, y por otro, promover el uso de la tarjeta STM para el pago, ya que actualmente se usa en 30% de los boletos vendidos, y la comuna pretende que se “masifique”. El objetivo de la IM en el corto plazo es llegar a que 50% de los boletos se vendan mediante la tarjeta. Según explicó Martínez, esto daría la posibilidad no sólo de “sacar dinero” de los ómnibus, sino también de generar información de “trazabilidad” del uso por parte de los usuarios. El boleto pasará a valer 29 pesos con la tarjeta STM (un peso más que lo que valía antes de la subida de marzo), y se mantendrá en 33 pesos para quienes paguen en efectivo.

Además, Martínez anunció que el límite para cargar la tarjeta STM, fijado actualmente en 150 pesos, será rebajado a 100 pesos. Este saldo mínimo había generado cuestionamientos, por lo que la IM accedió a bajarlo (aunque esto tendrá algunos “costos financieros” para la comuna, dijo el intendente) como forma de “favorecer la carga de la gente que por ahí no tiene 150 pesos”.

La otra cara de la noticia

Para financiar este mecanismo, la IM apuesta a un “proceso de racionalización” de la disposición de la flota, limitando los servicios en las llamadas “horas valle”, con un “mínimo exigido y un máximo de acuerdo a lo que las empresas quieran hacer o tengan capacidad de hacer”, explicó Martínez, y agregó que se mantendrá “un marco compatible de la calidad del servicio –eso lo tendrá que determinar el regulador–”. Según Martínez, esta racionalización implicará “menos personal, menos ómnibus en la calle y menores costos”. Aun así, la reforma contará también con el aval de la Unión Nacional de Obreros y Trabajadores del Transporte (UNOTT), según aseguró el dirigente José Fazio, que se hizo presente en la conferencia. Fazio dijo que los cambios no afectarán el salario de los trabajadores ni su estabilidad laboral: “Tenemos un convenio que garantiza los 24 jornales; sí se verán afectadas las horas extras, pero no el salario base”.

También estuvo en la conferencia el presidente de CUTCSA, Juan Salgado, quien ejemplificó mejor que nadie en qué consistirá la “racionalización”: “En 18 de Julio ahora vemos que en uno de los sentidos los ómnibus van vacíos. Creo que es hora de encarar, de hacer una paralización de flota, de lo cual eso termina directamente influyendo en el precio del boleto, en las horas en que los mismos 1.500 ómnibus que tiene Montevideo, en algún momento capaz que precisamos algo más, pero en la mayor parte del día precisamos menos flota en la calle. Ese ahorro va directamente y en este caso queda absolutamente claro”. El empresario sostuvo que esto “no va a afectar el servicio en lo más mínimo”, sino que tendrá como consecuencia “uno o dos minutos” más de espera en las horas valle.

Salgado también dio a entender que el anuncio no había dejado felices a todos. “No todos los protagonistas tuvieron la misma intención de buscar que hoy se diera esta situación. CUTCSA la tuvo, porque lo anunció desde el principio, y nosotros lo sentimos como parte de ese logro”, dijo, para luego aclarar que las demás empresas del transporte público capitalino habían actuado poniendo “palos en la rueda”. De tarde, los que se manifestaron fueron los trabajadores de las cooperativas: la Asociación Sindical de Cooperativistas y Obreros del Transporte emitió un comunicado en el que denuncia que se sienten “absolutamente traicionados”, dado que se les había pedido “reserva” ante un “documento presentado como borrador para discutir la reestructura del transporte, y a los pocos días, sin haber mediado ninguna instancia de discusión, se presentan públicamente las medidas ya definidas”. Además, denunciaron que la llamada racionalización implicará la pérdida de 1.800 puestos de trabajo, dijeron que no serán “cómplices ni rehenes de la campaña electoral del intendente de Montevideo”, y que estarán “junto al resto de la UNOTT y al conjunto del movimiento sindical para tomar las medidas que entendamos necesarias en salvaguarda del trabajo y salario de los trabajadores del transporte, y de un sistema de transporte serio y racionalizado”.