Sobre una esquina de la cada vez más cotizada rambla coloniense, lo que alguna vez fue un hermoso hotel hoy es una pocilga inhabitable, pese a lo cual, de todas maneras estaba funcionando como pensión, alojando a 14 familias con sus 16 niños. Gente trabajadora de bajos recursos.

En la entrada, una recepción abandonada, igualita a las de las películas de terror, muestra un cuadrito torcido que rinde tributo a su propietario: “La agrupación de la lista 12 de Juan Lacaze al señor Ricardo Planchón”, en referencia al ex diputado nacionalista.

En la madrugada del viernes una parte del “hotel Planchón”, como le dice todo el mundo, se incendió. Desde ese día, esas familias reclaman soluciones. El viernes de noche fueron a la sesión de la Junta Departamental de Colonia y sólo consiguieron que se los aloje hasta el mediodía del domingo en el Campus Municipal. Pero allí sólo fueron los niños con sus mamás. El resto prefirió quedarse “haciendo guardia” en el hotel para cuidar sus pertenencias, a pesar de existir peligro de derrumbe. En asamblea el domingo, decidieron ocuparlo: era eso o terminar en la calle.

En la mañana de ayer un grupo de ocupantes, frente a la estufa a leña de lo que sería el hall, escuchaba en silencio, mate en mano, a uno de sus compañeros, que en una radio local denunciaba su problemática. Luego empezamos a subir las deterioradas escaleras y a medida que nos íbamos acercando a la habitación 20, donde se originó el fuego, el olor a incendio se hacía más fuerte. “Se dio cuenta mi señora, cuando sintió ruido en uno de los tableros y empezó a sentir olor a plástico quemado a eso de las 3.45 de la mañana, y ahí llamamos a los bomberos”, cuenta Mauricio, que habitaba la habitación contigua, de tres por tres, y que junto a su pareja debió evacuarse hacia arriba, afuera.

Todo el mundo dormía y podría haber sido una catástrofe. En la habitación 20, donde se originó el incendio, sólo había colchones y pedazos de madera, todo inflamable. Ahora están esperando las pericias, pero esa misma noche los bomberos les adelantaron que sospechan que el incendio fue intencional. Lo mismo dijo ayer la jefa de Bomberos de Colonia, Claudia Pérez, en el programa Bien de mañana de FM Mágica: “No se descarta ni la intencionalidad ni la accidentalidad, [pero] entre las dos, la que tiene más fuerza es la intencionalidad”.

“Se sabe que el hotel está inhabilitado desde 2009”, dicen los ocupantes. “Ya si lo mirás de afuera lo tenés que clausurar, ni necesitás entrar, abajo hay como diez pozos negros todos llenos, hay una laguna permanentemente. Planchón a veces mandaba al muchacho que estaba de encargado con la bomba a tirar esa agua a la calle, porque como no está habilitado, no tiene saneamiento”. Cuentan que los vecinos del barrio hicieron varias denuncias pero que los inspectores se presentaban, se quedaban un rato charlando y luego se iban, sin inspeccionar.

Sus habitantes, además, soportan el estigma de “delincuentes” por la fama que tiene el lugar de tiempos pasados. “Roban algo a cinco cuadras de acá y dicen ‘fue la gente de lo de Planchón’, pero somos todos gente trabajadora”, dice Mauricio. Máykol es más gráfico: “Un muchacho que está acá, González, venía haciendo una changa los fines de semana, y no lo tomaron más porque se enteraron de que vive en lo de Planchón”. A pesar de ello, buena parte del pueblo coloniense se está solidarizando con ellos. “Han donado leña, comida, ropa, una panadería ha donado pan y bizcochos; mucha gente aporta plata para la olla popular, porque estamos haciendo una olla popular. La gente ha apoyado”, cuentan.

Hay gente que vive allí desde hace cuatro años, y están al día con el alquiler. Incluso ya pagaron junio.

“¿Y?¿Viste lo que es, no?”, pregunta Andrés, el que estaba en la radio y acaba de llegar, mientras muestra su pequeño cuarto lleno de humedad, que alquila por 4.000 pesos.

“Estamos esperando una respuesta firme de la intendencia sobre alguna vivienda”. Andrés hace changas. Se quedó sin trabajo hace un mes y medio y compró un triciclo para hacer fletes, y además ayuda a una señora que usa silla de ruedas.

La diputada Mercedes Santalla (Frente Amplio, FA), que se hizo presente tanto el domingo como ayer, dijo a la diaria que la responsabilidad es “de un particular, que se va a tener que hacer cargo y no ha venido a hacerse cargo”, y aconsejó a los ocupantes “hacer una denuncia penal”. La diputada y los ocupantes señalaron que Planchón venía sacando cosas suyas del hotel de a poco. La última vez fue el sábado anterior al siniestro. El miércoles pasado, además, el encargado del lugar, que también vive allí, fue enviado a seguro de paro.

Por su parte, las edilas del FA Laura Saravia, Tatiana Aristegui y Natalia Fernández, que también se hicieron presentes en “lo de Planchón”, van a elevar junto con otros ediles de esa fuerza política un pedido de informes al Ejecutivo comunal “para saber cuáles fueron las inspecciones realizadas y cuáles los informes técnicos”, de forma de saber con exactitud “la fecha de inhabilitación, si existe, y cuándo se notificó”. “Tenemos entendido que hay inhabilitación, pero queremos constatarlo”, señaló Aristegui.

Junto a un representante del Ministerio de Salud, se hizo presente la directora del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) de Colonia, Irene Álvarez, quien declaró que si bien “no tenemos un programa de vivienda, podemos servir como caja de resonancia a otras instituciones”, ya que las posibilidades del Mides es ofrecerles “albergues pero fuera de Colonia; en San José, Montevideo, en caso de necesitarlo”, pero que eso “no es la solución, porque estas personas están arraigadas acá, tienen sus trabajos acá”. “Tenemos que sentarnos todas las instituciones que tienen algo que ver, en mayor o menor medida, para pensar una solución”, dijo Álvarez, quien también señaló las responsabilidades del “privado y de quienes permitieron que ese lugar estuviera funcionando todos estos años”.