Los militares retirados del Ejército de Chile Rafael Ahumada Valderrama y Jorge Tapia Castillo fueron procesados la semana pasada en Chile como autores de la desaparición forzada de los militantes tupamaros Juan Ángel Cendán Almada y Alberto Fontela Alonso, en setiembre de 1973. También se procesó a los ex agentes por la desaparición del ciudadano brasileño Túlio Quintiliano Cardoso.

Según establece la resolución judicial, a la que accedió la diaria, en la noche del 12 de setiembre de 1973 un contingente militar “fuertemente armado” que se trasladaba en camiones militares ingresó a una casa ubicada en la comuna de Vitacura, en Santiago de Chile, y detuvo a Fontela y a Cendán, junto a la pareja del primero, que estaba embarazada. Los trasladaron a la Escuela Militar y fueron interrogados “sin ninguna clase de apremios” por personal del Comando de Institutos Militares. Luego los militares trasladaron a Fontela y a Cendán al Regimiento Tacna, y a partir de allí “se les pierde el rastro”, consigna el escrito. La mujer fue trasladada a otra dependencia militar y liberada dos días después. El ciudadano brasileño desaparecido también permaneció en el Regimiento Tacna.

El responsable del regimiento ya falleció, pero la Justicia chilena pudo procesar a Ahumada y Tapia, oficiales que formaban parte de la sección II de Inteligencia de Tacna; el primero estaba a cargo de los detenidos que ingresaban al lugar, y el segundo debía “resguardar la documentación secreta”, indica el documento judicial. El juez Mario Carroza dictó una orden de detención contra los ex militares.

Según la investigación de la Secretaría de Derechos Humanos de Uruguay, Fontela Alonso tenía 26 años y dos hijos cuando desapareció. Era empleado de un restaurante en Santiago. Cendán tenía 22 años y una hija recién nacida en Uruguay cuando desapareció, y estaba empleado en un hotel en la capital de Chile. Según la versión de las Fuerzas Armadas chilenas, los cuerpos de ambos fueron arrojados al mar frente a las costas de San Antonio.