El lunes, el Estado uruguayo emitió un Bono Global de deuda pública en pesos con tasa de interés nominal fija (sin indexación a la inflación), que equivale a 1.250 millones de dólares. Esta es la primera vez que la operación se realiza en moneda local, incluye la recompra de títulos internacionales y canje de títulos locales y ofrece una tasa de rendimiento anual de 10% con una madurez de cinco años, según informó ese mismo día el portal web de la Unidad de Gestión de Deuda (UGD) del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

La operación involucró a más de 100 inversionistas internacionales de Europa, Estados Unidos, Uruguay, además de otros países de América Latina. La demanda total que se había recibido para esta emisión había sido de 5.600 millones de dólares.

La Unidad de Gestión de Deuda del Ministerio de Economía y Finanzas aseguró que entre los objetivos de la emisión está la consolidación de la política de prefinanciamiento del gobierno, además de fortalecer la política de desdolarización de la deuda pública, optimizar el perfil de los vencimientos, ampliar y generar diversidad en la base de inversores, y apuntalar la política financiera y económica mediante operaciones con jurisdicción internacional.

La dependencia del MEF aseguró que la transacción se realizó con tres componentes: por un lado, la emisión de un Bono Global en pesos nominales con vencimiento 2022, cuyo capital se paga al vencimiento; una oferta de recompra del Bono Global en Unidades Indexadas (UI) con vencimiento en 2018, que ofrecía al inversor la posibilidad de vender su bono a la República o de presentarlo como parte de pago del nuevo bono que se emitía, y el canje local de Notas de Tesorería en UI y pesos con madurez menor a tres años.

Asimismo, la UGD remarcó que la nueva transacción confirma la confianza que los inversores locales e internacionales tienen en la fortaleza macroeconómica e institucional del país. Esta es la primera emisión en cinco años que realiza un gobierno de un país emergente en su moneda, a tasa nominal y en el ámbito internacional. Con este lanzamiento, el país pudo aprovechar el importante repunte de precios que han tenido los títulos públicos en moneda local en los últimos meses, en que la reducción de la inflación y la mejora en las perspectivas de calificación crediticia juegan un papel importante. Además, se subraya el interés de inversores extranjeros por los activos de los mercados emergentes.

El economista Mario Bergara, presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), subrayó a la diaria que, exceptuando a los países de monedas fuertes como el dólar, el euro, el yen y el yuan, un país coloca títulos de deuda en los mercados internacionales en moneda doméstica porque puede hacerlo. “Son muy pocos los [países] que tienen esa posibilidad, porque presupone que los inversores tienen una gran confianza en la salud económica, en la credibilidad del cumplimiento de las obligaciones de ese país y también en la evolución y fortaleza de esa moneda en un horizonte relativamente largo”, manifestó.

Bergara destacó que cuando los inversores toman riesgos en monedas locales y de manera nominal, o sea, sin ajuste de inflación, evalúan el riesgo de una depreciación fuerte de esa moneda. Poder colocar títulos en moneda doméstica y a cinco años significa “un gran espaldarazo que dan los mercados internacionales al proceso inflacionario y de fortaleza de la moneda uruguaya, y esta novedad no es nada menor”, enfatizó. Añadió que los inversores cerraron el libro de ofertas el mismo lunes, pocas horas después de haberse realizado la colocación.

El presidente del BCU resaltó que esta acción es la continuación de una serie de lineamientos para cambiar el perfil del endeudamiento bajo la estrategia del manejo de deuda con objetivos bien definidos, y que comenzó hace más de diez años, concretamente, en 2005. “Creo que esta es una de las reformas estructurales que la gente más aprecia y reconoce”, recalcó. Dicha estrategia, añadió, se basa en operaciones de activos y pasivos para tener un horizonte más largo de los créditos, una composición más adecuada por monedas y una deuda a tasa fija, a los efectos de reducir la deuda cara. “Con eso se reducen los riesgos y las vulnerabilidades de esa deuda”, dijo.