Un preso de la cárcel de Punta de Rieles había iniciado el viernes una huelga de hambre seca –sin consumir líquidos– porque no le estaban suministrando a la hora adecuada la medicación que necesitaba. Como consecuencia de la falta de alimentación sufrió un problema de salud, por el que fue derivado al hospital Pasteur, donde no lo quisieron atender.

La historia empezó hace un mes y medio. El recluso estuvo “mucho tiempo sin poder dormir”, explicó su novia a la diaria, por lo tanto el 22 de abril fue enviado al hospital Viladerbó, en donde le recetaron Zolpidem, un medicamento para dormir. En la policlínica de la cárcel la medicación se distribuye todos los días de 18.00 a 19.00, pero la doctora del Vilardebó le dijo que no podía tomar las pastillas antes de las 20.00. Según la pareja del preso, hubo días en que le dieron la medicación a la hora correcta, “sin problema”, pero “llegó un enfermero nuevo que se negó a dársela” en el horario indicado por la doctora, y al final “le retiraron la medicación sin previa consulta con un médico”.

Por tal motivo, el recluso inició una huelga de hambre, pero el martes de noche “empezó con dolor en el pecho y pidió para ir a la enfermería”, explicó su pareja a la diaria, y agregó: “Lo trasladaron al Pasteur, y estuvo desde la una a las cinco de la mañana en la puerta, en la ambulancia, y se negaron a ingresarlo. Dijeron que no había lugar, y a las cinco de la mañana lo llevaron de vuelta a la enfermería de Punta de Rieles, y ahí la doctora le pidió que orinara para hacerle una análisis de sangre, pero hacía 100 horas que no consumía líquidos, y no pudo. La doctora de ASSE [Administración de los Servicios de Salud del Estado] que estaba en la policlínica anotó que se negaba a hacerlo”, aseguró la pareja del recluso.

Mauro Tomasini, del Servicio Paz y Justicia Uruguay (Serpaj), dijo a la diaria que el martes llevaron al detenido al juzgado y se constató “omisión de asistencia”. Agregó que se hizo “todo lo que se pudo” y que incluso el comisionado parlamentario penitenciario, Juan Miguel Petit, estuvo al tanto del caso. Además, Tomasini señaló que “dentro de todo lo grave” que pasa en las cárceles, que no se respete el horario de los medicamentos “es algo común y corriente”, e indicó que el recluso está privado de libertad “hace mucho” y “la cárcel pasa factura”, por eso “pasan muchas de esas cosas, y siempre están con una depresión muy grande”.

La novia del recluso comentó que el miércoles lo tuvieron “de arriba para abajo” y que lo llevaron al médico forense. Le dijeron “que estaba funcionando mal uno de los riñones, y que en el Penal se iban a comprometer a darle la medicación a esa hora [20.00], entonces levantó la huelga”. Según la mujer, el enfermero dijo que le iba a seguir dando la medicación a las 18.00, pero van a autorizar a que el preso “se lleve el vasito y lo tome luego, en su celda”. En teoría, al cierre de esta edición el recluso debería haber recibido su medicación a la hora correcta por primera vez luego de la huelga de hambre.

la diaria se comunicó también con Luis Parodi, director del Penal de Punta de Rieles, quien dijo que el recluso tomó una medida “totalmente desproporcionada, hasta que se dio cuenta”, y agregó que la jueza que se encargó del caso, Marcela Vargas, “con buen criterio llamó a todo el mundo” y logró que el miércoles de noche pudieran atender al recluso.

Además, Parodi dijo que “este país está complicado”, porque a veces ASSE no atiende reclusos, aduciendo que “son peligrosos”, pero “por primera vez, alguien se hizo cargo”, indicó, refiriéndose a la jueza. A su vez, Parodi dijo que si le dan la medicación a las 19.00 en vez de a las 20.00, “por una hora no le pasa absolutamente nada”, y subrayó que no les dejan los medicamentos a los presos para que los consuman a la hora que los necesitan “porque después los trafican”.

“Uno de los líos que tienen las cárceles en el mundo es la medicación. Nosotros eliminamos ese problema. No tenemos ni tráfico ni peleas por medicamentos. Tenemos 30 medicados en 600, entonces, se dan entre las 18.00 y las 19.00”, indicó Parodi, y agregó que el recluso levantó la huelga ayer y ahora “hay que planificar qué hacemos, porque el tema no es la medicación para dormir, sino por qué no está durmiendo”.