A partir del 21 de noviembre de 2016, el BROU anunció el cierre parcial de 14 dependencias en el interior: Villa del Carmen (Durazno); Cerro Chato, Santa Clara de Olimar y Vergara (Treinta y Tres); Fraile Muerto (Cerro Largo); José Batlle y Ordóñez (Lavalleja); Minas de Corrales y Tranqueras (Rivera); Quebracho (Paysandú); San Gregorio (Tacuarembó); San Javier (Río Negro); Casupá (Florida); Migues (Canelones), y Palmitas (Soriano).

El presidente del BROU, Jorge Polgar, dijo en aquel momento que la medida buscaba “racionalizar el esfuerzo” que hace el banco para “estar presente en todo el país”, y que se complementaba con otras formas –“mejores”– de acceder a los servicios del sistema financiero, como la red de cajeros automáticos, internet y los teléfonos celulares, así como las redes de pagos y cobranzas –corresponsalías financieras– como Abitab, Redpagos y el Correo.

Otro de los cambios en el modelo de atención del BROU tiene que ver con la automatización de la atención mediante la eliminación de mostradores de atención personalizada. Punta Carretas fue el primer local donde se implementó esto, en diciembre de 2014, y luego se sumaron siete más en la capital del país y dos en el interior, en Río Branco (Cerro Largo) y Punta del Este (Maldonado).

El proceso de reestructura presentado por el BROU a AEBU incluye también la unificación de seis dependencias en Montevideo: la agencia Centro con la de El Gaucho, la de Carrasco con la de Portones, la de Villa Biarritz con la de Punta Carretas, la Modelo con Unión, la de Sayago con la de Paso Molino y la de Aguada con la de la calle Uruguay. También anunció que “se avanza” en el cierre parcial en cinco localidades del interior.

AEBU insiste en el papel “social” del BROU y con ese argumento reclama una ralentización de la transición. En un comunicado difundido por el Consejo Central el jueves 13, el sindicato manifestó “preocupación” por la propuesta de reestructura y sostuvo que el planteo “no tiene los ritmos que el actual proceso de transformaciones requiere”.

El secretario del Consejo Sectorial de la Banca Oficial, Carlos Márquez, dijo a la diaria que el directorio “pretende conservar un rol comercial” del banco y que el impacto de esto en los usuarios es “absolutamente negativo”. También advirtió que lo que rechaza el sindicato “no es la implementación de la tecnología” en la actividad bancaria, “sino que no se nos incorpore en la discusión de los modos de hacerlo”.

La estrategia seguida por el sindicato hasta el momento ha consistido en recorrer las localidades afectadas en el interior del país, promoviendo la realización de “cabildos abiertos” que, normalmente, resultaban en la emisión de un comunicado de la ciudadanía en el que se rechazaba la medida. No obstante, en algún caso, como el de Florida, fue el intendente el que firmó la comunicación.

El cambio en la directiva de la gremial después de las últimas elecciones, que se celebraron en abril, repercutió en una profundización de las medidas contrarias a la reestructura. Hace una semana, el Consejo Sectorial de la Banca Oficial resolvió iniciar una recolección de firmas entre usuarios del banco estatal, como “muestra de apoyo al reclamo para frenar la reforma”, explicó Márquez. Si bien es pronto para sacar conclusiones sobre el éxito de la medida, dijo que está teniendo “muy buena receptividad”. “Estamos recorriendo todo el país, en principio los lugares afectados por el cierre total o parcial de sucursales, jugando el papel de organizadores de la sociedad”, afirmó. El apoyo a la recolección aún no ha sido aprobado por el Consejo Central del sindicato, que tratará el asunto en su próxima reunión, en 15 días.

En conflicto

Las relaciones entre la directiva del banco y AEBU tuvieron varios momentos de tensión en el último tiempo. “Para nosotros, [el directorio del BROU] está actuando de una manera absolutamente testaruda, sin reconocer pautas culturales y costumbres de la población”, dijo Márquez. Evaluó que quizá la reestructura obedezca a un deterioro de la situación financiera de la banca estatal y, en tal sentido, reclamó la “apertura de números” para “compartir la preocupación”.

Hace una semana, ambas partes se reunieron con el objetivo de acordar sobre el proceso de reestructura. Ante la ratificación de la postura de la directiva del banco, el sindicato resolvió activar la cláusula de prevención de conflictos, lo que paraliza la toma de medidas por un lapso de siete días y pasa la discusión del conflicto al ámbito del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. El lunes se encontrarán nuevamente, esta vez en la Dirección Nacional del Trabajo, donde, además de intentar transar en los asuntos mencionados, AEBU planteará su “preocupación y descontento” por la toma de medidas antisindicales por el BROU, como “la orden de retiro de documentación sindical de los mostradores del banco” y “el estímulo a la no adhesión al paro [general de ayer] mediante la aprobación de un retiro adelantado al horario habitual”, explicó Márquez.