“Los tipos se colaron por un patio donde no había nadie, estábamos todos mirándolos desde arriba. Con armaduras, pectorales de terrinas, antebrazos hechos con terrinas gruesas de plástico, espadas hechas con las barras de hierro de las camas. Y en un momento uno le clavó un coso en el pecho al otro y lo mató. ¿Y yo estoy acá para rehabilitarme? ¿Rehabilitarme de qué?”. Así relata el activista cannábico uruguayo Juan Vaz una de las experiencias mortales que presenció en el ex Comcar, donde estuvo preso 11 meses por cultivar marihuana. El testimonio lo recoge el libro Marihuana oficial: crónica de un experimento uruguayo, de los periodistas Guillermo Draper (actual editor de Política en Búsqueda) y Christian Müller (ex periodista de ese semanario), que se presentó ayer en el Centro Cultural de España.
Para contar el largo proceso que terminó con la promulgación –y la lenta implementación– de la Ley de Control y Regulación de la Marihuana (19.172), los autores decidieron empezar por relatar la historia de Vaz y la de Alicia Castilla –quizá el caso más famoso de reclusión por cultivo de marihuana para consumo–, ya que “uno de los problemas sociales más representativos de toda la discusión sobre las drogas es la represión y cómo eso ha influido en una cantidad de gente que no se dedicó al narcotráfico y en muchas casos terminó en problemas”, señaló Müller vía Skype desde Berlín, donde reside. El periodista subrayó que esos casos –sobre todo el de Castilla– tuvieron mucha influencia en el proceso político que llevó a la redacción del primer proyecto de ley sobre el tema.
En la charla también se destacó el efecto que tuvo la militancia por la legalización de la marihuana que llevaron a cabo varias organizaciones sociales. No obstante, Draper dijo que el impulso de la regularización no tuvo fuerza suficiente para que el Parlamento la hiciera ley sino hasta que Eleuterio Fernández Huidobro llegó con una idea “totalmente distinta” –porque el fallecido ex ministro de Defensa Nacional estaba en contra del autocultivo– y convenció al ex presidente José Mujica. “Al final, la ley que salió fue una mezcla de voluntades e intenciones, más compleja y diversa de lo que todos pensábamos”.
El periodista agregó que el libro implicó contar no sólo los procesos de prohibicionismo y la mirada de los activistas, sino también las posturas sobre el tema del gobierno de Jorge Batlle, sobre quien “muchos de los protagonistas” del Frente Amplio mencionaron que había “movido un poco la aguja”.
A su vez, Draper dijo que, en declaraciones que Mujica hizo últimamente, él no se hace cargo del resultado final de la ley, una postura que para el periodista “es un valor”, ya que, teniendo en cuenta el lugar que ocupó el ex presidente, “dejó hacer a los que él consideraba que entendían más que él”. Draper subrayó que el ex presidente no estaba a favor del autocultivo ni de los clubes de cannabis, pero después lo terminaron convenciendo.
Por otra parte, el comunicador Diego Zas, uno de los presentadores del libro, señaló que el texto tiene “algunas revelaciones interesantes”, como, por ejemplo, lo que pensaba el subsecretario del Ministerio del Interior, Jorge Vázquez, que no estaba de acuerdo con la venta de cannabis en las farmacias e incluso propuso vender “marihuana confiscada”. “El paraguayo legal”, aclaró el otro presentador, Juanchi Hounie.