Una de las imágenes más difundidas del eclipse total de sol que se registró en Estados Unidos no fue del astro rey oculto por la luna, sino del presidente Donald Trump mirando directamente al cielo, algo que está desaconsejado por los expertos. “Esto es preocupante. Si la cama solar lo dejó como está ahora, mirar fijo al sol puede terminar de fritarle el cerebro”, aseguró un editorial del periódico Washington Post.

Pero los temores sobre los efectos adversos del eclipse no se limitaban a la salud ocular de la población. Durante los días previos al fenómeno astronómico, varios analistas habían alertado sobre la posibilidad de que se produjeran “importantes alteraciones en el comportamiento de los ciudadanos, como saqueos y pérdida del control social ante un eventual fin del mundo e incluso sacrificios humanos”.

Un sociólogo de la Universidad de Yale había asegurado el lunes en una entrevista televisiva: “Si bien en el pasado hemos tenido otros eclipses, este en particular llega en un momento en el que la involución cultural de la sociedad estadounidense se ha acelerado a niveles extremos. No sería raro que muchas personas den como un hecho que esto representa el fin del mundo. Sería algo parecido a lo que pasó con la llegada del tercer milenio. Pero como en 2017 estamos aun peor, quizá hasta aparezcan personas que propongan hacer sacrificios humanos como forma de evitar el apocalipsis”.

Finalmente el eclipse transcurrió con total normalidad, algo que causó “alivio” entre las autoridades y los expertos. De todas maneras, no se descarta establecer algunos protocolos para casos de nuevos eclipses, cometas, invasiones de langostas o fenómenos similares. “Ahora no sólo está el peligro de que la ciudadanía se comporte en forma irracional o supersticiosa. También los gobernantes pueden caer en este tipo de razonamientos. No se trata de que una turba enardecida quiera linchar a alguien: el propio presidente podría impulsar una ley que lo habilite, y seguro que más de un legislador lo apoyaría”, aseguró un experto en seguridad pública.