El presidente Tabaré Vázquez anunció ayer que se reunirá con su par argentino, Mauricio Macri, para definir la presentación conjunta de Uruguay y Argentina como sedes del Mundial de Fútbol de 2030. Vázquez dijo que tras la reunión “muy probablemente” Macri anuncie su apoyo oficial a la iniciativa, aunque reconoció que se deberá esperar “algunos años” para saber si el apoyo se efectivizará o si será “otro caso de venta de humo, como cuando [Macri] nos dijo que nos iba a comprar gas”.

Una fuente del Poder Ejecutivo reconoció que este proyecto estuvo a punto de ser abandonado cuando estalló el escándalo de corrupción en la FIFA. Pero con el paso del tiempo “se hizo evidente que dentro de muy poco la FIFA va a estar llena de corruptos nuevamente, y vamos a poder ser electos como sede para el Mundial mediante el pago de sobornos, que es el único método posible para que esto ocurra”. En el gobierno existe incluso la esperanza de poder contar con los servicios de Eugenio Figueredo. “Si en poco más de un año consiguió permiso para salir de la casa y trabajar, en dos o tres seguro que ya está ejerciendo nuevamente. No es que sin Figueredo sea imposible conseguir que nos adjudiquen la sede. Pero con él sería todo mucho más fácil, porque tiene experiencia en este tipo de transacciones”, explicó la fuente consultada. De todas maneras, opinó que si el ex vicepresidente de la FIFA “no llega a estar” en las instancias definitorias, “igual hay equipo”, ya que “solamente en Peñarol tenemos aproximadamente 50% de la dirigencia con amplia experiencia en maniobras turbias. Si sumamos a los dirigentes de los otros clubes, tenemos un equipo que, sin lugar a duda, puede competir en cualquier cancha. Los uruguayos a veces nos tiramos abajo y nos parece que en materia de corrupción no competimos con los gigantes latinoamericanos, asiáticos o africanos, pero la verdad es que nuestra capacidad de operar por fuera de la ley es conocida, apreciada y respetada en el mundo entero”.