“Es más lo que no se sabe que lo que se sabe”, dijo ayer la doctora Lucía Delgado, profesora de Oncología Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, en su exposición sobre “uso de cannabis y cáncer”, en el marco de la charla realizada en la Torre Ejecutiva sobre la evidencia y los riesgos que acarrea el consumo de marihuana, que contó con el apoyo de Presidencia y el Ministerio de Salud.

Delgado señaló que el uso de cannabis en medicina “sigue siendo una paradoja”, porque por un lado puede controlar algunos síntomas asociados a los efectos colaterales del tratamiento del cáncer, como vómitos o náuseas, pero el humo “puede ser cancerogénico”. No obstante, dijo que no existe “evidencia firme” sobe esto último, ya que resulta difícil estudiar el riesgo sobre las vías respiratorias, porque la mayoría de los pacientes consumen varias sustancias, por lo tanto, el tabaco siempre está presente. De todos modos, Delgado dijo que, desde la oncología, el único riesgo demostrado del consumo de cannabis es que duplica la posibilidad de desarrollar cáncer de testículo, que es el más frecuente entre los jóvenes de 15 a 40 años. Este riesgo está comprobado, por ejemplo, por un estudio realizado en Washington, al menos para los consumidores semanales, pero no está estudiado para el consumidor “pesado”.

El puntapié inicial del evento lo dio el presidente Tabaré Vázquez. Dijo que se trataba de una reunión científica a la que el gobierno “le da una muy especial importancia”, porque es un tema “que nos preocupa y ocupa a todos los uruguayos” y que está vigente a nivel internacional. Explicó que la idea de la conferencia surgió del grupo con el que está trabajando para la realización de una conferencia mundial que tratará las enfermedades crónicas no transmisibles, “que son responsables de casi las dos terceras partes de la mortalidad en el mundo” y que tienen un impacto negativo en la economía de los países, ya que se calcula que a nivel mundial se invierten 40 billones de dólares para combatirlas. Vázquez señaló que esas enfermedades se podrían prevenir sin costos, simplemente informando a la población.

Así las cosas, la conferencia de ayer fue el preludio de lo que se tratará en setiembre de 2018 en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la que el tema central que van a encarar “todos los gobiernos del mundo”, según Vázquez, serán las enfermedades no transmisibles y sus agentes causales, como el tabaco, el alcohol, la obesidad y el sedentarismo. En ese contexto surgió el tema del impacto negativo que el cannabis puede tener en la salud, pero también “los aspectos positivos que puede tener para favorecer algunos problemas de la patología humana”, indicó el primer mandatario. Además, agregó que en los últimos tiempos hubo muchas afirmaciones sobre el cannabis, pero muchas veces “hay más voluntarismo que una base científica” que las sustente. Por eso, finalizó Vázquez, le pareció que la Academia “podría colaborar de manera muy fundamentada sobre este tema”.

Hablando del faso

Héctor Suárez, coordinador del Observatorio Uruguayo de Drogas, abrió la conferencia repasando los datos de la última encuesta de hogares sobre consumo de drogas, que se llevó a cabo entre agosto y diciembre de 2014 con personas de 15 a 65 años, de todas las localidades que tienen 10.000 habitantes o más. El estudio reveló lo que más o menos todo el mundo sabe: que el alcohol es la sustancia más consumida, con 71%, y le siguen el tabaco (33%) –que viene en descenso desde 2006–, los tranquilizantes (12%), la marihuana (9,3%) y, por último, la cocaína (1,6%).

Suárez explicó que el consumo de marihuana tuvo un crecimiento sostenido desde 2001 a 2011 y luego se estabilizó. De las 161.000 personas que consumen cannabis, 21.000 lo hacen a diario y 16,7% tiene un “uso problemático”. La marihuana es la cuarta sustancia por la que “se demanda tratamiento”. Agregó que casi no hay consumidores de cannabis que consideren que la sustancia es de “alto riesgo”.

Con el mercado regulado comienzan a aparecer “nuevos escenarios de riesgo”, dijo Alba Negrín, profesora de Toxicología de la Facultad de Medicina, y señaló que uno de los riesgos es el de intoxicación “no intencional” por cannabis. “Las consultas por intoxicaciones agudas por marihuana son escasas en nuestro centro –60 por año–, y cuando las tenemos es porque hay policonsumo, en el que predomina el efecto de las otras sustancias”, indicó la doctora. Las drogas que suelen acompañar a la marihuana son el alcohol, la cocaína y la pasta base. A su vez, Negrín aseguró que no existen casos “mortales” vinculados a la marihuana.

Además, la especialista indicó que las situaciones de intoxicación “no intencional” son importantes en los extremos de la vida. Por ejemplo, se constataron casos de ancianos con cuadros graves luego de comer galletitas o tortas con cannabis. Por último, indicó que la conducción bajo los efectos de la marihuana aumenta entre dos y siete veces la posibilidad de sufrir un accidente.

Por otra parte, Pablo Fielitz, profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina, señaló la necesidad de tener una “mirada objetiva” sobre la marihuana, por lo tanto,“no hay que demonizarla ni idolatrarla”. Aseguró que los efectos cognitivos del THC –la molécula psicoactiva de la marihuana– son “más serios” cuanto más temprano se comienza a consumir y también cuanto más frecuente sea el consumo. Además, señaló que desde fines de la década de 1960 McGlothlin y West describieron el “síndrome amotivacional” en los usuarios “pesados” de cannabis, como la apatía y la disminución de la capacidad para concentrarse y seguir rutinas.

Fielitz dijo que en su trabajo en clínica ve esas consecuencias, junto con la pérdida del interés, que es “particularmente preocupante”. “En consultas por cannabis vemos adolescentes que ya perdieron dos a tres años de vida académica, que casi siempre son traídos por los padres. Y en los adultos, el policonsumo es la regla, como planteaba la doctora Negrín”, señaló el especialista, que luego agregó que “la enorme mayoría” de las personas que fuman cannabis no presentan “complicaciones psicóticas”, pero es frecuente “la ideación persecutoria” durante el consumo, que se extingue una vez que termina el efecto de la droga.

Además, el experto en psiquiatría dijo que un estudio de 2011 reveló que la esquizofrenia que es la psicosis crónica prototípica– aparece, en promedio, tres años antes en fumadores de marihuana. No obstante, subrayó que la relación no es lineal, ya que el incremento de consumo de cannabis se multiplicó más de diez veces en el mundo y, sin embargo, la prevalencia de la esquizofrenia no ha sufrido variaciones considerables de acuerdo a los datos de la Organización Mundial de la Salud.