Con un acto frente al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social en el marco de un paro general parcial, el PIT-CNT cuestionó la sexta declaración de esencialidad en lo que va del segundo gobierno de Tabaré Vázquez. En esta ocasión se aplicó a todos los servicios de la Administración de los Servicios de Salud del Estado, y en primera fila en el acto estaban los trabajadores de la Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP).

El primer orador fue el presidente de la FFSP, Martín Pereira, quien remarcó que “queda claro” que cuando el gobierno “se equivoca, estamos en la calle”. “Este gobierno tiene que mirar a la izquierda. Si sigue mirando para la derecha va a perder. Ya vimos [lo que pasó en] Brasil, [en] Argentina. Habría que comprarle un GPS para que sepa a dónde ir, para que sepa que tiene que ir con los trabajadores”, insistió. “Los votos los juntamos en los lugares de trabajo, y eso parece que no lo ven”, agregó.

Afirmó que al gobierno no le “tiembla el pulso” a la hora de decretar la esencialidad y aseguró que “es mentira” que los trabajadores de la salud pública hayan dejado “al pueblo tirado” cuando ocuparon cinco centros de salud, entre ellos el Hospital de Ojos y el Patronato del Psicópata. Dijo que cuando un trabajador se equivoca “lo sumarian y lo echan”, mientras que “los directores se equivocan, la ministra pierde plata, atienden mal a los usuarios y no pasa nada”. “Eso es acomodo”, sentenció.

El presidente de la FFSP aseguró que las autoridades de salud pública “se cagan en el convenio” firmado con los trabajadores, mientras “grandes corporaciones se llevan la plata y nadie dice nada”. Afirmó que el sistema de salud maneja 5.000 millones de dólares, y de ese monto 20% corresponde al sector público, en donde se atienden 1.300.000 usuarios. “¿Hasta cuándo vamos a financiar mutualistas que se están por fundir, con salarios de un millón de pesos?”, inquirió.

Luego fue el turno del secretario general del Sindicato Único de la Construcción y Anexos (SUNCA), el ex diputado del Partido Comunista del Uruguay (PCU) Óscar Andrade, quien también cuestionó al gobierno por emprender un “camino autoritario” al declarar la esencialidad. “Cuando los anestesistas tomaron medidas, no tuvieron la misma firmeza para aplicar el decreto de esencialidad. ¿Qué pretenden, que los trabajadores nos callemos?”, expresó.

Andrade también cuestionó la orientación del proyecto de ley de Rendición de Cuentas. Consideró que en un escenario de menor crecimiento económico “no había otra alternativa que conseguir recursos de la riqueza acumulada del país”, y sin embargo, el Ejecutivo desestimó las propuestas del PIT-CNT de incrementar el Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas y el Impuesto al Patrimonio, cuando las rentas empresariales “no han parado de crecer de manera exorbitante”. “O la política favorece al pobrerío o al de riñón cubierto”, resumió Andrade, y agregó que “no hay posibilidad de cambio profundo en contra de las grandes mayorías sociales movilizadas”. El dirigente del SUNCA le exigió al gobierno convocar a un ámbito de negociación para “pensar un país donde no haya salarios y jubilaciones de 10.000 pesos”.

Declaraciones de esencialidad por gobierno

El PIT-CNT solicitó una reunión con Vázquez para evaluar el tema de la esencialidad. Al mismo tiempo, evalúa presentar una queja ante la Organización Internacional del Trabajo e incluso presentar una denuncia ante la Justicia por la “ilegalidad” que supone “afectar el derecho de huelga”, explicó el presidente de la central sindical, Fernando Pereira.

En las columnas y muros circundantes al acto podían verse carteles firmados por el PCU que decían “No al decreto de esencialidad”. Según explicó a la diaria el diputado comunista Gerardo Núñez, quien también asistió al acto, su sector ya planteó en la bancada frenteamplista su preocupación ante la adopción de este tipo de medidas por parte del gobierno.

La noche de la nostalgia

Durante el acto hubo varias referencias a la reforma laboral de Brasil, que recortó los derechos de los trabajadores extendiendo la jornada laboral y habilitando el pago en especies, entre otras medidas. Andrade comentó que al ver esa situación, a “algunos personajes” en Uruguay se les hace “agua la boca”. La reforma laboral brasileña fue elogiada por el presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay, Washington Corallo. En declaraciones a Radio Carve, Corallo comentó que Uruguay debería estudiar la reforma brasileña y “flexibilizar las relaciones laborales” para “aggiornarse”. El gobierno uruguayo, por intermedio del ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, y la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse, salió al cruce de estas declaraciones y dejó en claro que considera a la reforma brasileña un retroceso, que afecta además al Mercosur.

También apoyó la reforma laboral brasileña el director del diario El Observador, Ricardo Peirano, en una columna titulada “Bienvenidos al siglo XXI”. Allí, Peirano evaluó que la reforma brasileña “va en la dirección de la economía del siglo XXI” y consideró que a esta sociedad “de servicios y de conocimiento” “las normas laborales del siglo XIX y XX le impiden desarrollarse y despegar”.

Andrade comentó que para los representantes de las cámaras empresariales “es muy moderna la esclavitud, están encandilados [con la reforma brasileña], no toleran haber visto a los trabajadores del comercio movilizados en los shoppings, no toleran que a las trabajadoras domésticas ya no las arreglen con una sidra berreta y un pan dulce a fin de año, y que les tengan que pagar el aguinaldo y el salario vacacional”.