Cimientos anuncia que tiene la misión “de promover la igualdad de oportunidades en las poblaciones más vulnerables”. La ONG, que nació en Argentina, también desarrolla proyectos en Colombia y, desde 2012, en Uruguay. Pero su trabajo es cuestionado por los docentes del Liceo 13 de Montevideo, que objetan también el control que hace el Consejo de Educación Secundaria (CES) sobre estas y otras organizaciones privadas “que reciben financiamiento público directo y a través de la renuncia fiscal, dando así la potestad a los empresarios de elegir la educación que más se ajuste a sus intereses”. Por este motivo, y por unas cuantas preguntas sin responder, el Liceo 13 del barrio Maroñas será ocupado hoy por los docentes.

La ONG, que ya trabajaba en los liceos 22 (La Teja) y 52 (Villa García), se instaló este año en el Liceo 13. Los docentes se enteraron en febrero, cuando lo anunció la directora del liceo. En junio, el núcleo sindical del Liceo 13, con el apoyo de la Asamblea Técnico Docente (ATD), hizo un informe sobre la ONG titulado “El negocio de la pobreza: Un fraude con apoyo institucional”, que fue entregado al CES el 26 de junio.

Para que los estudiantes puedan egresar del ciclo básico, la ONG los selecciona, los beca con un apoyo económico de 1.000 pesos durante diez meses y los acompaña durante los tres años del ciclo mediante “tutorías no académicas”. El informe cuestiona la forma de seleccionar a los estudiantes y contrasta dos situaciones: la ONG se jacta de lograr resultados de promoción, con sus becados, superiores al promedio: en 2015 y 2016 la promoción fue de 94% y 86% entre los becados, mientras que el promedio de Montevideo fue de 64%. Sin embargo, los docentes del Liceo 13 advirtieron que “los estudiantes repetidores no eran siquiera considerados para la selección”. Según el informe, cuando la ATD consultó a Valeria Píriz, directora ejecutiva de Cimientos, ella explicó que se seleccionaba a los estudiantes de acuerdo al nivel socioeconómico y educativo del núcleo familiar y la disposición de la familia a concurrir a entrevistas mensuales. Respondió, además, que 50% de los estudiantes habían sido promovidos (de la escuela) con matices de muy bueno, 25% con matices de sobresaliente y 25% con aceptable. Pero el núcleo sindical evidenció otra realidad: 20 de los 33 estudiantes becados del liceo habían promovido con matices de sobresaliente (61%, y no 25%), mientras que 12 (36%) habían sido promovidos con matices de bueno y apenas uno (3%, y no 25%) con aceptable. Halló, además, que “97% de los estudiantes seleccionados no tiene historial de repetición en la escuela”.

Según información transmitida por la dirección, los docentes detectaron que la ONG selecciona a los estudiantes considerando, además, la asistencia a clases y la realización de tareas. Con datos del propio liceo, los docentes ilustran que quienes cuentan con menos de 25 inasistencias al año tienen un promedio de promoción de 84%, y que si a eso se le suma el hecho de contar con el apoyo familiar y la realización de tareas “no cuesta mucho imaginar” que entre los estudiantes que reúnen todos esos requisitos la promoción estará cerca de 100% . Acusan a la ONG de seleccionar directamente a “un grupo de éxito (que les asegure seguir recibiendo el dinero que los financia) y no a quienes más necesitan ayuda dentro de la institución”.

Por otro lado, los docentes cuestionan lo que la ONG ofrece a los estudiantes. Según dicen, la directora de Cimientos declaró que “no hay un informe pedagógico” sino un “enfoque educativo”. El único contacto es mensual, denuncian, y es caracterizado como “tutoría no académica”. Según Píriz, en esos encuentros el tutor revisa las tareas y le pide al estudiante que le diga cuál es la asignatura en la que tiene más dificultades; luego le pide un informe al docente.

El financiamiento es otro punto cuestionado. Según informó Píriz a los docentes, 99% del financiamiento de la ONG surge “de fondos privados (empresas o individuos)” y 1% a través de “subsidios del Parlamento otorgados en 2016 para tres años según Ley Presupuestal”. Según supieron los docentes, el subsidio del Parlamento es de 350.000 pesos al año, y si eso fuera 1%, “el presupuesto anual de la ONG sería de 35.000.000 de pesos al año”. A su vez, 81,25% de 99% del presupuesto surge también del Estado, porque es exoneración tributaria de las empresas que apoyan al proyecto. “Dicho claramente, es el Estado quien financia este 81,25% a través de la renuncia fiscal, quedando estos fondos públicos en manos de privados; en este caso, la ONG Cimientos”, reafirman. Entre los tres liceos, la ONG apoya a 133 estudiantes, por lo que el costo de las becas durante los diez meses de apoyo es de 1.330.000 pesos. Dada la diferencia entre ese monto y los 35.000.000 que se calculaban inicialmente, es que los docentes piden al CES que promueva una auditoría a la ONG “a fin de que podamos saber a ciencia cierta qué porcentaje de sus fondos son utilizados en las becas y cuánto en gastos de funcionamiento y sueldos”. Rechazan, además, la postura del CES, de la dirección del liceo y de la inspección, y de esta última, concretamente, dicen que intenta “cubrir a la ONG”.

La plataforma del paro pide al CES que no firme convenios con Cimientos y que investigue acerca de la selección; pide conocer cuántas ONG están trabajando en secundaria, los requisitos y los convenios.