El ingeniero Óscar Maggiolo fue un decidido y tenaz propulsor del desarrollo de la ciencia y la tecnología dentro y fuera de la Universidad de la República (Udelar). Accedió al rectorado en 1966, con el firme propósito de que durante su gestión se produjera un gran avance de la ciencia y la tecnología en dicha casa de estudios, y que desde allí se proyectara a todo el país, revitalizando sus fuentes productivas.

En los últimos años, fundamentalmente en el rectorado de Mario Cassinoni, la Udelar había dedicado una creciente atención a la investigación científica, pero era urgente “establecer los lineamientos de una política de desarrollo de la investigación científica”. Los sectores reformistas defendían la necesidad de concentrar esfuerzos en los estudios básicos que permitieran una constante adaptación del experto al avance del conocimiento y en la profesionalización de los investigadores. La investigación científica y el binomio docencia-investigación constituyeron para las autoridades de la Udelar una preocupación relevante y el eje del programa del desarrollo universitario desde el comienzo de la reforma.

En ese contexto, y como fruto de un esfuerzo colectivo cuyo fin era dar lugar a algunas de esas viejas aspiraciones, Maggiolo presentó en 1967 el Plan de Reestructuración de la Universidad, pensado “en torno a la función de producción de conocimientos como tarea central de la Universidad”. En dicho plan se sostiene que “la investigación científica y tecnológica, base directa de una adecuada producción e industrialización nacional, no ha sido hasta el momento convenientemente contemplada [...] Sin embargo, debe comprenderse que la investigación científica pura no es sólo un objetivo en sí mismo [...] sino que, como fundamento de la investigación aplicada, es la base del progreso tecnológico sin el cual las naciones no pueden adquirir la adecuada prosperidad económica que sustenta su bienestar social”.

En el entendido de que una base fundamental de la independencia económica del país residía en disponer de una capacidad autónoma para desarrollar las técnicas más adecuadas para la explotación racional de los recursos, y que esa necesidad no se satisfacía meramente con la preparación de técnicos universitarios capaces de asimilar y aplicar los conocimientos existentes, era imprescindible proporcionar al menos a un grupo de ellos la formación que los habilitara en la tarea creativa que permitiera a la sociedad uruguaya encarar con autonomía y solvencia los problemas que en el futuro se le presentarían cada vez con mayor agudeza.

A este respecto, el Plan proponía hacer un esfuerzo importante en el desarrollo de las actividades de investigación pura y aplicada, así como en el fomento de las carreras en ciencias básicas. La formación e investigación en estas últimas debía perder el carácter de subproducto del objetivo principal de formar profesionales, para lo cual el camino más adecuado era el de descentralizar los institutos de disciplinas básicas en relación con las respectivas facultades, formando institutos centrales mediante los cuales se pretendía, además, romper con la estructura federal de las facultades profesionalistas.

Consideraba necesario además formar investigadores a nivel de doctorado, contar con instrumental científico y material bibliográfico adecuado, entre otros aspectos. Con el fin de satisfacer estas exigencias, Maggiolo sugería una serie de mecanismos como el otorgamiento de becas de formación en el exterior, contratación temporal de expertos extranjeros, incremento del número de docentes con régimen de dedicación total, o la concurrencia de docentes a eventos académicos.

Conocer el pasado nos permite comprender mejor el presente. A 50 años de la formulación del Plan, es momento propicio para revisitarlo y analizar cuáles de sus ideas, adaptadas a la situación actual, siguen vigentes; qué logró realizarse, qué no y por qué; aprender de sus falencias y sus fortalezas; evaluar lo que se ha hecho a posteriori y qué hay que reformular. El Plan Maggiolo continúa interpelándonos aún hoy y tiene mucho que aportar a los debates presentes acerca de la investigación científica y tecnológica, no sólo en nuestra Universidad, sino en nuestro país.

A continuación | Como parte de las actividades de conmemoración de los 50 años del Plan Maggiolo, el 23 de agosto a las 17.00, en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Martínez coordinará la mesa “La investigación como preocupación central”. A partir de lo planteado por Maggiolo, se analizarán las políticas de investigación científica y tecnológica. Expondrán, además, el investigador Rodney Colina, la coordinadora académica de la Comisión Sectorial de Investigación Científica, Judith Sutz, y el ingeniero Enrique Cabaña, doctor honoris causa por la Udelar. Más tarde, a las 19.00, Paroli coordinará la mesa “¿Qué es la extensión universitaria?” y responderán esta pregunta tres ponentes: Hugo Rodríguez, prorrector de Extensión y Actividades en el Medio hasta abril; Jorge Bralich, docente e investigador en historia de la educación, y Mariana Mendy, coordinadora de la Unidad Académica del SCEAM.