Hace al menos dos meses que médicos y funcionarios que trabajan en el Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME 105) de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) denunciaron públicamente la situación en la que trabajan y pidieron la renuncia del director y del equipo de gestión. El conflicto viene de antes: ya en octubre de 2016 había sido planteado al directorio de ASSE y al Ministerio de Salud Pública (MSP), señaló, en diálogo con la diaria, Helena Terán, delegada del Núcleo de Base del Sindicato Médico del Uruguay (SMU) en SAME 105.
El tiempo pasó, las respuestas no llegaban, y el lunes los médicos profundizaron las medidas gremiales: dejaron de hacer traslados interinstitucionales de pacientes no urgentes (desde hospitales públicos a instituciones privadas, viceversa, y entre hospitales públicos) y aplicaron el protocolo de seguridad, que establece que en horario nocturno no asisten a llamados que no sean de gravedad en “zonas peligrosas”. Recién entonces, las autoridades de ASSE reaccionaron al pedido. El gerente general de la institución, Richard Millán, les pidió que suspendieran momentáneamente las medidas porque tenía una propuesta, que les hará llegar el martes, informó Terán. Por eso, ayer levantaron “provisoriamente” las medidas hasta ese día, cuando, reunidos en asamblea, evaluarán la propuesta de ASSE, que será afinada entre lunes y martes entre autoridades de ASSE y del SMU.
De entrada, médicos y funcionarios aclararon que el conflicto no era salarial. El gran problema es la falta de recursos humanos. Terán explicó que de los 14 móviles con que cuenta SAME 105, sólo funcionan cuatro, que están sobrecargados de trabajo y que no cuentan con las condiciones de seguridad exigidas por ley, como los sistemas de retención infantil. A todo eso se le suma, según los médicos, la persecución hacia los trabajadores y el destrato. Por eso, y por la mala gestión, es que piden la renuncia de la dirección y el equipo de gestión.
Según Terán esto ocurre desde que asumió el actual director. Comentó que “hubo momentos en que se estuvo mejor, estaban los 14 móviles cubiertos”, pero después los médicos comenzaron a renunciar; dijo que eran profesionales presupuestados que tenían entre 18 y 20 años de trabajo. La médica explicó que las renuncias se debieron a las situaciones que tienen que enfrentar. “Si tenés un llamado de emergencia y cuando llegás te enterás de que hace dos horas que habían llamado y ya no tenés nada que hacerle...”, dijo Terán, y aclaró que se trata de situaciones en las que se corre riesgo de muerte, como un paro cardiorrespiratorio, un accidente vascular o un infarto de miocardio. Lo peor es que, dijo, “nos pasaba bastante seguido”. También ocurre que van a hacer traslados y se enteran de que fueron solicitados el día anterior. Acusó de ese desfasaje a “la mala gestión”. “La cara visible somos siempre el personal”, dijo, y explicó que también ellos corren peligro.
Respecto de la mala gestión, Terán comentó, por ejemplo, que la dirección actual llegó a retirar un móvil de la asistencia para disponerlo para “coberturas especiales” como la de la boda del futbolista Carlos Tévez, que se casó en Colonia y tuvo entre los invitados al presidente argentino, Mauricio Macri. “Mandaron una ambulancia; acá había cuatro o cinco ambulancias y sacaron una de servicio para estar parados [afuera del casamiento], y obviamente no atendió a nadie, mientras acá todo el servicio quedó descubierto”. Dijo que cuestionaron a ASSE por esa decisión, y que se les respondió que iba a ir Tabaré Vázquez (que no asistió al casamiento). “Tuvieron los mejores recursos económicos, que se podrían haber aplicado de otra manera; hay 3.000 horas libres de médicos, tenés los móviles, pero no tenés médicos para cubrirlos; no quieren agarrar, y los que agarran, se van”.