La farmacia Pitágoras, de Malvín, una de las cuatro que vende marihuana legal en Montevideo, inició el trámite para bajarse de la red de dispensación, por decisión de algunos bancos privados de cerrar las cuentas de las farmacias asociadas a la venta de cannabis. Esto, a su vez, generó una sensación de incertidumbre en algunos propietarios de farmacias que estaban por entrar a la cancha de la venta, según pudo saber la diaria. Por lo tanto, es prioritario que se aclare el tema de la operativa bancaria para que se sigan sumando farmacias a la venta de marihuana, señalaron a la diaria fuentes de Presidencia de la República.

El abogado Leonardo Costa, ex presidente de la Junta Nacional de Drogas, explicó a la diaria que el cierre de cuentas por parte de bancos privados demuestra que está en juego “la incongruencia de una sustancia que es permitida en un mundo donde no se admite”. Ilustró que, por más que en Uruguay la venta de marihuana esté regulada, en el exterior “muchos” bancos o empresas piensan: “Si en tu clientela tenés una sustancia ilícita, entonces no trabajo más contigo”. Además, subrayó que también existe un tema de riesgo y de monto del negocio, ya que, cuando el monto es chico, como puede ser en una farmacia de Uruguay, hay “muchos bancos” que no están dispuestos a correr el riesgo de perder clientela “por tan poca plata”.

Pero la negativa a tener cuentas de determinado negocio no solamente puede ser producto de que en el país de origen del banco esa actividad sea ilegal, como es el caso de la marihuana, sino que también existe la posibilidad de que empresas bancarias se nieguen a tener negocios con la construcción, el fútbol u otras actividades, explicó Costa.

Para el especialista, el tema tiene solución, pero va a requerir tiempo. Por ejemplo, planteó que el Banco Central podría dar alguna directiva sobre cómo manejar las cuentas relativas a la venta de marihuana. Además, Costa señaló que, por más que sea del Estado, el Banco República puede sufrir el mismo problema que los privados, ya que tiene relaciones de corresponsalía con bancos del exterior, que pueden decir “no queremos tener corresponsales que trabajen con esto”. “Por eso tiene que haber algún marco regulatorio en materia financiera, porque es como una pata que le falta a la reforma”, subrayó el abogado, que agregó que se da un juego de equilibrio entre “el derecho del banco a decir quiénes son sus clientes, y la obligación de las empresas estas [las farmacias] de estar bancarizadas”.

Por último, Costa señaló que este no es un problema que se dio sólo en Uruguay. También sucedió en Estados Unidos. En febrero de 2014, una nota de BBC Mundo señalaba que el gobierno estadounidense había emitido “una serie de lineamientos a los bancos sobre la forma de hacer negocios con los vendedores de marihuana” que tuvieran licencia en los estados donde su uso recreativo es legal. “Ofrecemos a las instituciones financieras claridad sobre lo que deben hacer a la hora de hacer operaciones bancarias con los empresarios relacionados con la marihuana y lo que deben denunciar a las autoridades”, indicaba un portavoz del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, según consignaba El País de Madrid en aquel mes.