Ayer, lunes, el presidente de la República, Tabaré Vázquez, presentó su proyecto de ley sobre la comercialización de alcohol que tiene dos objetivos claros: disminuir el consumo problemático de esa sustancia y obligar a que la gente viva de la forma que le gusta al Sr. Oncólogo. Sorpresivamente, las críticas no llovieron de los fabricantes de bebidas alcohólicas ni de sus vendedores, sino de las propias filas del gobierno. Un alto jerarca de la lista 711, que prefirió no identificarse porque es un alto jerarca de la lista 711, dijo que su sector tratará por todos los medios de evitar que la ley sea aprobada este año. “Hoy conocimos el fallo del Tribunal de Conducta Política y, la verdad, tenemos ganas de mamarnos hasta las patas de acá hasta pasadas las elecciones de 2019”, dijo el pobre hombre que, como el actual y futuro ex vicepresidente no podrá comprar los etiqueta negra con su tarjeta corporativa, ya muestra una mirada triste al pensar que esta vez la fiesta correrá por cuenta de su propio bolsillo. Pobre gente.