El directorio de ANCAP emitió ayer un comunicado de prensa en el que “apela a la inmediata puesta en marcha de la Refinería de La Teja”. En él detalla que a fines de febrero se detuvo el funcionamiento de la planta para hacer, durante tres meses, trabajos de mantenimiento. Se esperaba que las obras terminaran en junio. Sin embargo, dice el directorio, hace siete meses que la refinería no tiene actividad, y atribuyó eso “fundamentalmente a los conflictos generados por el cierre del Servicio Médico de ANCAP”. Apuntó que eso acarrea mayores costos, porque importar el combustible siempre es más caro que refinarlo en el país, y el costo se exacerbó en las últimas semanas por los efectos climáticos ocurridos en Estados Unidos y en el Caribe.

Una vez terminados los trabajos de mantenimiento, “nos enfrentamos a nuevas medidas gremiales que continúan dilatando la puesta en marcha de la refinería”, acusó el directorio. Según las autoridades de ANCAP, el órgano dispuso un régimen laboral “que busca racionalizar la cantidad de operarios y que por ello fijó guardias mínimas que responden a criterios técnicos y de seguridad”. En cambio, expresa el comunicado, el sindicato de ANCAP rechaza la propuesta, por razones de seguridad, pero las autoridades discrepan con el argumento. El directorio sostiene, en cambio, que “la seguridad de los trabajadores es de principal importancia” y que “las guardias mínimas establecidas por la administración están respaldadas por el análisis de los ingenieros y técnicos a cargo de las unidades de refinación” y a parámetros internacionales.