“Los hombres del presidente estamos donde el presidente nos necesite”, aseguró el nuevo vicecanciller uruguayo, Ariel Bergamino. Lo dijo en una entrevista que le hicieron en enero de 2015, en el marco de un seminario sobre campañas electorales que organizó el Instituto Tecnológico Autónomo de México. En aquel momento Bergamino concluía una gestión de cinco años al frente de la embajada de Uruguay en Cuba, y se aprestaba a comenzar un nuevo período en el mismo cargo. Según sus allegados, consultados por la diaria, Bergamino estaba cómodo en Cuba, con la perspectiva de jubilarse, y aceptó ocupar la subsecretaría del Ministerio de Relaciones Exteriores por su vínculo personal con el presidente Tabaré Vázquez.

Bergamino es rochense y militante del Partido Socialista (PS) desde 1971. Fue dirigente de la Juventud Socialista y estuvo preso en la dictadura. En 1978 salió de la cárcel, pero los militares seguían “haciéndole la vida imposible”, según sostienen sus amigos. Lo llamaban, revisaban permanentemente su casa, le prohibían viajar a Rocha. Estudió la licenciatura en Historia en la Facultad de Humanidades, pero nunca la terminó. En 1979 resolvió exiliarse en Suecia, donde vivió hasta 1984. Cuando volvió a Uruguay retornó a la vida orgánica del PS y en ese marco conoció a Tabaré Vázquez, cuando el ahora presidente era un outsider.

Patricia Luna, amiga de Bergamino desde la infancia, recuerda el día en que el ahora vicecanciller le habló por primera vez de Vázquez. “Él me contó que había una figura que iba a hacer un ruido bárbaro, que estaba en un cuadro de fútbol. Yo le dije: ‘Pero nadie lo conoce’. Y él me dijo: ‘Pero tiene un carisma impresionante’”. Ya en la primera campaña de Vázquez a la intendencia de Montevideo, Bergamino estuvo en su equipo, y luego fue su asesor cuando estuvo al frente del gobierno departamental. El esquema se repitió durante el primer gobierno nacional de Vázquez, entre 2005 y 2010.

Bergamino revisaba siempre toda la prensa y seleccionaba las lecturas que podían interesarle a Vázquez. Para preparar los discursos durante la primera presidencia, reunía información, seleccionaba un conjunto de citas –el recurso a las citas es una característica de los discursos de Vázquez– y discutía ese material con el presidente, que tenía la última palabra y muchas veces modificaba lo propuesto. En una entrevista que le hicieron en 2015 en México, Bergamino definió a los asesores como “los plomeros de los gobiernos”. “Si podemos mantenernos en un segundo, tercer o cuarto plano, mejor. Los asesores no tenemos que escondernos, pero tampoco podemos encandilarnos por las luces del estrellato. Tenemos que estar siempre que hay que estar, y lo que tenemos que decir tenemos que decirlo ante quien asesoramos. Con el presidente siempre tuvimos una norma: ‘En el despacho conversando decimos todo lo que haya que decir; ahora, afuera del despacho, nada’. Eso hay que cumplirlo”, manifestó Bergamino. Agregó que los asesores tienen que “parecer un poco más bobos de lo que somos”, tener “los ojos y oídos bien abiertos, y la boca más bien cerrada”. Sostuvo que deben tener en cuenta que “a veces los entornos suelen ser complacientes” pero “la tarea del asesor también es decir que no, y no es fácil, pero hay que hacerlo”. Definió la relación que mantiene con Vázquez como “de confianza y respeto”.

Este lunes, el Consejo de Ministros despidió al subsecretario José Luis Cancela, quien asumirá como representante permanente de Uruguay ante la Organización Mundial de Comercio, en Ginebra. Bergamino asumirá su cargo la semana próxima. La política exterior no le es ajena, y no sólo por el cargo que ocupó en la embajada en Cuba. Durante el primer gobierno de Vázquez estuvo a cargo de la “diplomacia presidencial”, como él mismo la denominó en más de una oportunidad, y de los vínculos con varios países, entre ellos Cuba. Mantenía reuniones periódicas con asesores presidenciales de los gobiernos de la región.

Ahora Bergamino se unirá al equipo encabezado por Rodolfo Nin Novoa, otro hombre de confianza de Vázquez. El diputado nacionalista Jaime Trobo evaluó que se trata de una decisión “bien tomada”.

El diputado frenteamplista Jorge Meroni (Movimiento de Participación Popular) también está conforme con la elección. “Tiene credenciales de sobra como para estar en esa función. Comparto totalmente”, expresó.

Lorier a Cuba

El gobierno conversó con el Partido Comunista del Uruguay (PCU) sobre la posibilidad de que el ex senador y ex secretario general de ese sector Eduardo Lorier sea embajador en Cuba en reemplazo de Bergamino, dijeron a la diaria fuentes de la cancillería y del PCU. En la embajada de Cuba en Uruguay ya se da como un hecho la designación y aguardan el anuncio del Ejecutivo que la oficialice.