Entre los muchos visitantes de todas partes del mundo que asisten al VI Encuentro de la Economía de los Trabajadores, en el pueblo argentino de Pigüé, está el profesor Heinz Bierbaum, estudioso de los procesos autogestionarios en el mundo y miembro del comité ejecutivo del partido de izquierda alemán Die Linke. Con él conversó la diaria sobre el tema del VI Encuentro: La autogestión como proyecto laboral y como alternativa económica.

–¿Cuál es la diferencia entre los procesos autogestionarios latinoamericanos y europeos en relación al rol del Estado?

–Son muy diferentes. En Europa, en particular en Alemania, hay pocas iniciativas respecto de empresas recuperadas. En América Latina la política neoliberal es muy brutal, en Europa lo es menos. Tenemos soluciones sociales para el cierre de empresas. Esa es una gran diferencia. El problema es que en Europa no hay una ayuda particular por parte del Estado para recuperar empresas. Tenemos leyes favorables a la creación de cooperativas pequeñas, pero no hay condiciones particulares para recuperar empresas.

–En Alemania hay mecanismos de cogestión de los trabajadores en las empresas. ¿En qué medida pueden vincularse con la autogestión?

–Este mecanismo da cierta participación a los trabajadores en la política de la empresa, en particular en el consejo de vigilancia, que es paritario: una parte integrada por representantes del capital, otra parte por representantes del trabajo. Pero las experiencias de cogestión en este formato son muy limitadas, porque normalmente manda el capital y no los trabajadores. Por eso se critica la cogestión, que en realidad es una expresión del corporativismo sindical típico de Alemania. Hay también una crítica institucional, porque los responsables del capital tienen una ventaja: el presidente del consejo de vigilancia, que es responsable del capital, tiene voto doble en caso de conflicto. Otra crítica más importante es la crítica política, porque la representación de los trabajadores normalmente está en una posición subalterna y no influye en la política de la empresa.

–Una crítica recurrente que se les hace a las empresas autogestionarias tiene que ver con la productividad.

–La productividad es un punto muy importante. En el debate sindical siempre está la crítica de que las empresas autogestionarias no cumplen los estándares sindicales respecto de los salarios y condiciones laborales, y ese también es un gran problema. Lo que sucede es que las empresas autogestionarias tienen que competir con las capitalistas, que normalmente tienen ventajas respecto del financiamiento. Por eso las relaciones entre las empresas autogestionarias y el sindicalismo son difíciles, pero en mi opinión deberían trabajar en conjunto.

–¿Qué políticas públicas deberían impulsarse para promover la autogestión?

–Hace falta un verdadero debate político y social para crear un clima favorable a este tipo de economía. Creo que tenemos tiempo para hacerlo, porque la crisis económica y financiera global ha puesto de manifiesto también la cuestión de quién tiene legitimidad para tomar decisiones económicas con consecuencias graves para los trabajadores. Por eso, es muy importante debatir la cuestión de la democracia económica.

–¿En qué medida son necesarias las políticas de financiamiento?

–Deberíamos tener un financiamiento particular para estas empresas. Este es, en mi opinión, el problema más grande que afrontan, porque los bancos normalmente no les dan crédito a estas empresas. Había una iniciativa en Alemania de crear bancos especiales con objetivos sociales para ayudar a este tipo de empresas, pero hasta ahora no tuvo mucho éxito.

–¿Cómo es el vínculo de los partidos de izquierda con la autogestión?

–Sigue siendo muy difícil. Una parte de la izquierda sí lo ha incorporado a sus programas, pero otra parte es muy escéptica, porque está más orientada a una solución estatal. Creo que en la izquierda tenemos que trabajar para intensificar el debate respecto de la democracia económica, porque ese es el contexto en el que debe entrar la cuestión de la autogestión.

Arranque | La segunda jornada del encuentro sobre autogestión, y la primera en el pueblo de Pigüé, comenzó ayer con una recorrida por la fábrica textil de la cooperativa Pigüé. De tarde se proyectó un documental sobre el emprendimiento, realizado por Fabián Pierucci, y se desarrollaron las mesas de apertura y una centrada en la crisis del capitalismo. Entre hoy y mañana los proyectos autogestionarios contarán sus experiencias y habrá ponencias académicas vinculadas con distintos aspectos de la autogestión.